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Alemania nos debe dinero por J R Pin Arboledas

La Razón
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La prima de riesgo española crece por el déficit público heredado del Gobierno anterior, por las dificultades fiscales en las autonomías y por la tozudez de presidente del BCE, Mr. Draghi, por Merkel el banco central germano. Mientras, el Estado alemán se forra. El periódico «The Bild» ha hecho un cálculo sobre los ahorros que Alemania ha tenido en el coste de su deuda.

Beneficios alemanes
A mediados de 2010 la deuda soberana alemana cotizaba por encima del 3 por ciento de interés. Desde entonces, su rentabilidad ha ido descendiendo a medida que se convertía en una inversión refugio. Por eso, los últimos días bajó del 1,5 por ciento . Aún más, su situación en las agencias de calificación permite a los fondos de inversión comprar los bonos germanos para su cartera, a la vez que la baja calificación de las deudas soberanas de otros países europeos, como España, les obliga a vender esos bonos.
En consecuencia baja el interés del bono alemán y sube el de los países del sur de Europa. Los alemanes ahorran mientras nosotros gastamos. Gasto que no revierte en la economía productiva, sino en pagar intereses. Dinero que muchas veces sale del país. El cálculo de «The Bild» es que durante los últimos tres años la Hacienda del Estado Federal Alemán se ha ahorrado 60.000 millones de euros por este proceso ¡Ahí es Na! Diría un castizo.

¿Alemania tiene razón?
Alemania puede argumentar que esto se debe a que hace cinco años hizo sus deberes con disciplina centroeuropea y redujo su déficit. También, que en el sur, la fiesta no acabó hasta hace dos años o menos. Esto es lo que piensan los políticos germanos. Alemania puede argumentar que su gobierno de la Gran Coalición (CDU-CSU, SPD) consiguió reconducir la hacienda pública a tiempo. También que sus empresas privadas contuvieron sus gastos salariales y recuperaron competitividad internacional. Es verdad. Pero, como pasa a menudo, no toda la verdad.

Los argumentos del sur
Italia, España y otros países del sur pueden argumentar que no son esos los únicos factores de la prosperidad alemana. El hecho de que el euro se convirtiera en la divisa común hace que las exportaciones germanas sean más baratas que si el marco hubiera sobrevivido. Con un euro más débil de que lo fue el marco, los productos alemanes se han abaratado en el mercado internacional. Eso ha fortalecido su presencia en los mercados emergentes.
También Italia, España y otros países del sur, han comprado productos alemanes. Sus coches inundan nuestras carreteras y sus bienes intermedios nuestras fábricas. Bueno, las que que aún quedan en nuestros desiertos industriales.
Además, Alemania ha gozado de otro mercado cercano gracias a la libre circulación de mercancías que consagra la Unión Europea. La ampliación hacia el norte y el este de la propia UE, después de la caída de la Unión Soviética, ha dejado un amplio campo de acción a la industria alemana. Y esa ampliación se ha realizado con el acuerdo de los países del sur.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la solidaridad de Estados Unidos, a través del plan Marshall, ayudó a la reconstrucción de la RFA. Pocos años más tarde la inteligencia italo-francesa le dio el camino del progreso con la fundación de la UE. A final del pasado siglo, la pujanza de USA, y la sabiduría de un Papa, permitió la caída de la Unión Soviética y la reunificación de la RDA y la RFA de manera pacífica.

La mala memoria se venga
Hay una deuda histórica de la moderna Alemania con el resto de Europa, en particular con el Sur. Es de bien nacidos, ser agradecidos. Gracias a lo enumerado anteriormente, Europa ha gozado del mayor periodo de paz desde la caída del Imperio Romano y Alemania ha crecido.
Cuando se olvidan los apoyos y se exacerban los conflictos, cuando no se recuerda lo bueno y sí lo malo en las relaciones, se crea rencor y las soluciones pacíficas se alejan. Ni el Banco Central Europeo, ni la cancillera, ni el Banco Central Alemán pueden permitirse tener mala memoria. Además, no hace falta que envíen dinero a España e Italia, basta con que no se les dificulte conseguirlo por ellas mismas a precio razonable.

J. R. Pin Arboledas
Profesor del IESE