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La musa muda de Oliveira

López de Ayala encarna a un espíritu en «El extraño caso de Angélica»

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La escultura funeraria es tan antigua como el arte. A las civilizaciones anteriores las hemos conocido, antes que nada, por cómo enterraban a sus muertos. Muchos ejemplos de escultura mortuoria que hoy perviven necesitaron de un modelo que, en muchos casos, fue el propio cadáver. Por eso no nos extrañará tanto que a Manoel de Oliveira, a finales de los años cuarenta, le levantaran una noche de la cama a las tres de la mañana en un pequeño pueblo portugués para que hiciera la última foto a una joven que acaba de fallecer.


Con peluca
Aquella historia le quedó pendiente desde el 52, y hace unos meses que finalmente pudo rodarla, por eso, aunque refleja la vida rural de una determinada época en su país, ha querido incluir conversaciones de hoy, por ejemplo, las que aluden a la crisis económica. «No me habían pedido nunca que hiciera de espíritu y que cuando gritaran acción tuviera que quedarme muerta», comenta Pilar López de Ayala, que adopta este papel sin diálogos. Un personaje así podría parecer episódico en cualquier filme, pero en manos de Oliveira cobra una importancia capital. La actriz tuvo que someterse primero a una entrevista en Oporto con el realizador, al que convenció con una peluca rubia y su sonrisa angelical. Luego tuvo que reunirse con la familia real de la finada en que está inspirado el personaje. «El extraño caso de Angélica» es una película íntima porque traduce esa insólita experiencia de su autor: «Todos sentíamos que formábamos parte de algo muy personal de Manoel. Es una historia que debía ser contada, y él es un poeta que hace películas. El mío es un papel sin palabras en el que tienes que tirar de imaginación e intuición», añade. «A veces las cosas que parecen más fáciles resultan las más difíciles», le echa un capote Luis Miñarro, coproductor de la cinta que participó el año pasado en la sección «Un Certain Regard» de Cannes.

Para el productor, Oliveira «es uno de los directores con el que mejor he trabajado porque lo tiene todo claro». De hecho, quiere cumplir los 104 años rodando y ya tiene pareja protagonista para su próximo filme: Jean Moreau y Michel Piccoli.