Murcia
Fúrboh por Idoia Arbillaga
La palaba era un neologismo necesario, los ingleses inventaron el deporte y usaron un nombre según la fonética inglesa, claro. Ocurre que su transliteración al español no fue muy adecuada, esa «T» implosiva seguida de «B» es un fonema imposible en español: /-TB-/. Lo que ha dado lugar a ese «fúrboh» del que hablan muchos, o «fúrbol», «fúbol» y el despiporre lo alcanza «fuhboh», así, sin más. Y éste es el gran tema de estos días. Además de las primas, pero no son las de riesgo ni las del pueblo, me refiero a las primas de los jugadores de fútbol, estos nuevos santos del s.XXI, glorificados por una muchedumbre que no quiere pensar en la gran estafa perpetrada por banqueros y políticos, su última gran estafa, que ha hecho tambalearse a Occidente. Pero la gente va al partido y bocea, grita, amenaza con darle una leche al contrincante, y a veces hasta se dan navajazos. Pero claro, Iniesta es un santo por regalar un dinero que le llega de empresas privadas, patrocinadores, particulares que consideran que el muchacho no cobra lo suficiente al año, total, estos jugadores pueden llegar a ingresar al año en torno a 30 millones de euros de nada (Messi, Ronaldo…). Es vergonzoso que un chaval con habilidades como corredor, regateador y puntería con el trozo de cuero cobre tan bestial suma de dinero mientras que cada vez vemos más gente en España hurgando en los contenedores. Alabo a Iniesta por su elegante gesto, desde luego, pero no debiera ser necesario el estímulo externo para que estos multimillonarios ayuden a alguna causa social. La selección, una entidad de carácter privado, esgrime símbolos nacionales. Repruebo estos derroches cuando a otros colectivos -funcionarios, pensionistas- se les exigen sacrificios.
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