Casas reales

Duque conde y barón

La Razón
La RazónLa Razón

Una de las cosas que mejor funcionan en la Monarquía británica es el reparto de honores. El «ascensor social». Es una de las sociedades más clasistas donde la continuidad histórica está representada por la Reina. No creo que exista nadie en el mundo, junto con el emperador del Japón, que sea tan consciente de su muy alta cuna y el abismo que le separa del resto de la Humanidad. Este equilibrio entre el distanciamiento y algunos atisbos de proximidad es una de las razones del enorme prestigio que goza la institución en ambos países. La realidad es que el pueblo no quiere reyes burgueses. Luis Felipe de Orleans lo pretendió y acabó sin corona. Un justo castigo para el hijo del traidor duque de Orleans. Isabel II no dio ayer sólo un título a Guillermo, sino que lo hizo duque de Cambridge (la anterior creación fue con Jorge III para uno de sus hijos en 1801 junto con el condado de Tipperary y la baronía de Culloden), así como conde de Strathearn y barón de Carrickfergus. Está todo muy pensado y responde a una sólida tradición.