Valencia

El bastión

La Razón
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El nacionalismo catalán, léase CiU, es perfectamente previsible en sus pasos. A saber: mandar al máximo en Cataluña y procurar un gobierno débil o sin mayoría en Madrid para así mercadear todo lo necesario. Recordemos a Calvo Sotelo, que tuvo que ir a la segunda sesión de investidura, la de Tejero, por el regateo de Miquel Roca cifrado entonces en 400 millones de pesetas, con lo que no se obtuvo la mayoría absoluta en la primera sesión. Con éste y otros mucho ejemplos es lógico que los nacionalistas estén apenados porque el PP haya obtenido importantes resultados en Cataluña convirtiéndose en el fiel de la balanza como tercera fuerza. Muy lejos está CiU de las mayorías absolutas del PP en Valencia, Baleares, Madrid, Galicia... Y eso es por culpa del PP catalán. De aquí el reconcomio antipopular. Para mantener la ficción de su superioridad se inventan lo del bastión; o sea, aquí no gobierna el PP e incluso se rebaja a los populares por tener menos concejales que ERC, callándose que cada concejal del PP tiene muchos más votos que los de Esquerra. En el fondo, recurren al mismo tópico de Companys en 1934 cuando el gobierno de la República pasó al centro derecha y Cataluña se convirtió en el bastión de la izquierda. Todos sabemos cómo acabó. Los convergentes no se han de equivocar. Si son un bastión es contra el PSC-PSOE a quien han arrebatado el poder, no contra el PP.