Reino Unido
«Quieren enseñar lo que tienen y la red lo pone fácil»
El doctor en Medicina Ijad Madisch (Alemania, 1980) tenía 28 años cuando puso en marcha el «Facebook» de la ciencia. Trabaja en la Escuela de Medicina de Harvard y aún le ha dado tiempo a lanzar Sciencefeed, la primera plataforma de «microblogging» para investigadores.
–¿Por qué decidió fundar Research-GATE?
–En 2004 conseguí una beca en Harvard y mi compañero Soeren Hofmayer se quedó en Alemania. Después de un tiempo nos dimos cuenta de que era muy difícil trabajar en internet. Facebook tenía cada vez más éxito y se nos ocurrió hacer uno para científicos junto con el programador Horst Fickenscher. Casi el 80 por ciento de nuestras investigaciones se quedan sin publicar y no se comparten. Si el progreso científico fuese más abierto, podríamos mejorar nuestro trabajo.
–Ya existen otras redes científicas. ¿Por qué ResearchGATE es distinta?
–Porque combina la red social con la información compartida, la colaboración en línea y una base de datos con un buscador semántico. Acabamos de añadir la opción «Eventos», con información actualizada de los acontecimientos científicos. Por otra parte, las instituciones cuentan con un entorno único para relacionarse con sus miembros en las subcomunidades.
–Recientemente han recibido un fuerte apoyo financiero de empresas de Silicon Valley, Reino Unido y Alemania. ¿Qué mejoras esperan obtener de sus inversiones?
–Nos ayudarán a mejorar la bolsa de trabajo y a introducir un servicio premium para universidades e instituciones. Pero nuestra principal misión siempre será crear lazos y servir de catalizadores de la investigación científica.
–Los críticos afirman que los científicos son reacios a compartir sus datos. ¿Qué tiene que decir a esto?
–Que debemos acelerar la ciencia. Muchos miembros de ResearchGATE han pasado de la conversación a la colaboración. Los científicos quieren enseñar lo que hacen, y esta red se lo pone fácil. Consultan dudas cada día y ven qué están leyendo sus contactos, como en Facebook.
–Han establecido una «ruta verde» a la información abierta. Los usuarios publican sus artículos en sus páginas y los dejan disponibles para que otros los descarguen gratis. ¿Cómo evitan los problemas de derechos de autor?
–Nueve de cada diez revistas permiten publicar un artículo propio en la web personal, y los perfiles de ResearchGATE son webs personales, según nuestros términos legales. Hemos recogido las regulaciones de 36.000 revistas con Sherpa Romeo, un servicio web que recopila las políticas editoriales sobre copyright. Después las hemos contrastado con los 40 millones de documentos de nuestra base de datos y así podemos decir qué artículos se pueden subir a la web. No tenemos ningún problema de copyright.
–¿Los científicos mayores se sienten menos atraídos que los jóvenes por la colaboración on-line?
–La mayoría de los usuarios de ResearchGATE son doctorandos y postdocs, pero también hay científicos mayores, que valoran las aportaciones de los más jóvenes.
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