Andalucía
OPINIÓN: Fragmentos por José Muñoz Clares
Se reunieron los responsables de las perras autonómicas para repartir equitativamente los recortes y varios se fueron de la reunión quejándose del trato que les daba España, así que nos hundimos en una escisión mental de matiz psiquiátrico: Andalucía, Canarias y los nacionalistas recalcitrantes han de entender que ellos son el Estado español, junto con las demás autonomías y, por tanto, no pueden pedirse a sí mismo lo que ellos mismo no se pueden dar, a menos que España se haya visto ya reducida a Madrid como madrastra de todos los pueblos oprimidos bajo el yugo español y haya de ser Madrid quien subvencione a los descontentos. La hoguera autonómica, fuera de control, amenaza con arrasar este país tras décadas de concesiones a los nacionalistas precisamente para que no se fueran. Ellos leyeron debilidad donde había componenda y han asomado la pata oculta para chantajear a España que, según ellos, debe aceptar financiaciones a la carta y sin contrapartidas, como auténticos parásitos de la nación española, o abandonar esta última al no sentirse ellos tales. Lo de que los catalanes no son españoles es tan cierto como que los españoles no somos catalanes. Tampoco somos franceses, ni alemanes, así que o es una perogrullada o es que se ha recuperado el monofisismo del siglo V y queda constatada la imposibilidad de que un catalán, un vasco o un gallego sean otra cosa que de su pueblo, y eso hasta llegar a la escala europea, dos saltos por encima, que eso sí lo pueden ser sin desdoro alguno de sus orígenes. Mala cama tiene el perro. Europa ya ha dicho que no acepta secesiones y que las vetará. En tales términos Cataluña puede regresar a la Edad Media si llevan el delirio a su extremo.
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