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Sin coartadas

La Razón
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A José Mario dos Santos Félix Mourinho le queda un nombre cual aristócrata y cierta villanía como entrenador cagueta. Se ha quedado sin el recurso de culpar a Valdano de las filtraciones que salen del vestuario. No tiene coartada con los árbitros con la que envenenar a la parroquia y fomentar pasiones de turiferarios. Cuenta con la gran ventaja de cinco puntos en Liga, pero necesita ganar la eliminatoria de Copa para recuperar parte de la credibilidad con que llegó al Bernabéu gracias a aquella exhibición de conservadurismo con la que dejó fuera de la final de Liga de Campeones al Barça.
Mourinho no tiene estos días muchos fieles que le escriban, aunque no se puede olvidar que quienes han tenido la osadía de restregarle su pánico ante el equipo barcelonés añoran un triunfo para mostrarle de nuevo sus cariños. El entrenador del Madrid, no me atrevo a llamarle madridista porque tal condición no creo que la posea, vive sumido en la incertidumbre. Se le pasaron por alto sus salidas de pata de banco, sus impertinencias, actitudes prepotentes e innegable soberbia. Hizo gala, como dijo Valdano antes de que recalara en el Madrid, de ser un hombre hambriento de gloria atrasada. Todo se le condonó, mas los socios comienzan a estar hartos de las derrotas frente al Barcelona. Hoy, en el Camp Nou, tiene la oportunidad de recuperar estima. Cuenta con jugadores sufrientemente capacitados para ganar la eliminatoria y, al menos, válidos para no salir del Camp Nou con nuevo ridículo en el escudo.
Posdata. Por las filtraciones del vestuario, muerte al mensajero.