La dictadura del Barça

Ocho partidos del «play-off» y ocho victorias. Dos en cuartos, tres en semifinales y otras tres en la final. Sin objeciones. El Barcelona, el mejor equipo de España, conquistó sin discusión posible el título de la ACB. Si el Barça es el mejor equipo, Juan Carlos Navarro es su guía deportiva y espiritualmente. El Barça logró su decimosexto título de Liga y la «Bomba», que fue elegido el Jugador Más Valioso (MVP), ya puede presumir de media docena. «Que no se quede aquí», comentó ambicioso antes de recibir el trofeo de campeón. El Bilbao Basket fue un finalista admirable. Su fe y su baloncesto le llevaron a luchar por el título, pero enfrente hay un equipo que está muchos peldaños por encima. Por encima del meritorio equipo vasco y por encima del resto de rivales en España. Sólo el muro que representó el Panathinaikos de Zeljko Obradovic en la Euroliga evitó que el dominio aquí se trasladara a nivel continental. La no presencia en la «Final Four» del Sant Jordi es un lunar dentro de una temporada complicada y finalmente intachable. El Regal Barcelona, la sección de basket del Barça, será una máquina de perder euros, pero cuando se trata de ganar títulos ofrece una fiabilidad indiscutible. La inversión está claro que merece muy mucho la pena. Y si no, que se lo digan a Sandro Rosell, que terminó empapado de cava junto a la plantilla. «Más no se puede pedir y en baloncesto también se demuestra que tenemos el mejor entrenador del mundo», comentó el presidente a la salida de los vestuarios.

Gorka Arrinda, el máximo accionista del equipo vizcaíno, se dirigía al final del partido a los árbitros con un evidente «¡Así no, así no, así no!». Era el síntoma de impotencia de un equipo que bastante había hecho con llegar a tres minutos del final (55-57) con opciones para discutir el título al Barça. El Bilbao y el excepcional ambiente de Miribilla se quedaron con ganas de más. Y eso que lo intentaron por todas las vías. Fueron capaces de levantarse en los dos arreones que protagonizó el Barça en el tercer cuarto (33-41 y 41-48). Eso después de comenzar el partido a lo grande (19-12, min 10).

El Barcelona empezó a carburar cuando Navarro enchufó el primer triple. Fue en el undécimo intento de su equipo, bien entrado el segundo cuarto. Hasta después del descanso no se destapó el equipo azulgrana. Cuando empezaron a entrar los triples, llegaron los problemas para los locales. Lorbek, Anderson, Navarro... Sólo Jackson, la intensidad y las ganas permitieron al Bilbao Basket hacer un último esfuerzo en su enorme temporada. Llegaron a ponerse por delante (51-50, min 31), a soñar con que mañana habría un cuarto capítulo. Hasta que reapareció Navarro en cancha y Xavi Pascual puso al equipo en manos del escolta. La lógica obsesión de los vizcaínos con el internacional le permitió encontrar a otros compañeros. Los rebotes ofensivos de Sada hicieron el resto. Navarro empezó a leer la defensa y dio el pistoletazo de salida a la fiesta.

En medio del ajetreo se distinguía la figura de Ricky Rubio. El base, que fue «condenado» a la suplencia por el excepcional momento de juego de Sada, ya tiene el título que le faltaba antes de emigrar a la NBA. Se marchó al vestuario abrazado a la Copa de campeones, un trofeo que reconoce al que es indiscutiblemente el mejor equipo de España.