Guadalajara

Un viaje a la cuna del tequila

Un nuevo tren, ambientado en el siglo XIX, recorrerá a partir del próximo abril los campos de agave de donde se extrae la tradicional bebida mexicana del tequila, que se suma al que ya atraviesa estos parajes declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 2008.

El paseo comenzará cerca del mediodía en una estación que la casa tequilera José Cuervo reconstruirá a las afueras de Guadalajara, capital del estado mexicano de Jalisco, para que los viajeros vuelvan a finales del siglo XIX y principios del XX.

El tren regresará por la tarde, justo para que los visitantes admiren la puesta del sol sobre el paisaje verde azul lleno de plantas de agave.

El proyecto, ideado por la casa José Cuervo, arrancará el 1 de abril, bajo un concepto diferente al que ya opera, el Tequila Exprés, operado por Casa Herradura, aseguró hoy a Efe la directora de promoción y relaciones públicas de dicha marca, Araceli Ramos Rosaldo.

"Buscamos que el turista se deje seducir por los aromas, los colores y la historia que envuelven a esta bebida. Que sea una experiencia educativa, íntima, en la que degusten un buen tequila y se queden con un agradable recuerdo de esta localidad", dijo.

El concepto del paseo en tren estará basado en los tours que la casa tequilera opera desde hace unos años bajo el nombre de "Mundo Cuervo", y que están dedicados a difundir las tradiciones mexicanas a través del ancestral proceso de elaboración del tequila que José Cuervo realiza desde hace más de 250 años, en la hacienda La Rojeña.

Efe hizo un recorrido por los campos de agave enclavados a unos kilómetros del volcán Tequila, cuya explosión hace 22 mil años, dio a esas tierras los minerales que hacen posible el sabor dulce del agave tipo azul, conocido como "tequilana weber".

Ahí, en medio de tierra rojiza y piedras de obsidiana negra, los jimadores (agricultores) esperan con paciencia a que los agaves cumplan 12 o 13 años y alcancen la madurez suficiente para ser procesados.

Una vez lista la planta, cortan sus largas pencas (hojas) afiladas hasta dejar una enorme bola que asemeja una piña, cuyo interior dará los azúcares necesarios para que tras el proceso de destilación, se produzca el ancestral brebaje que ha dado fama a México.

"Mailito", sigue desde hace 40 años la tradición familiar de la jima (cosecha) del agave. Cuenta que alrededor de estas plantas crecen otras llamadas "hijuelos", que luego son replantadas y cuidadas hasta su madurez.

Desplazarse hasta el centro del poblado de Tequila, cuna de la reconocida bebida, implica dejarse seducir por las más de 35 mil hectáreas de campos agaveros que pueblan los cerros cercanos y por el ambiente de los poblados alrededor donde reinan la tranquilidad y el colorido de sus casas.

El visitante puede parar a comprar en uno de los puestos sobre la carretera, el famoso "Cantarito", bebida regional elaborada con jugo de frutas cítricas, refresco sabor toronja, tequila y mucho hielo y servida en una recipiente de barro especial.

La destilería hacienda La Rojeña, cuyo edificio era un convento, conserva los hornos tradicionales para cocer los agaves y los alambiques (contenedores) donde se produce el tequila desde 1758.

Igual de antiguas son sus cavas, que guardan entre las barricas de roble blanco y roble francés un agradable aroma que mezcla esencias de chocolate, madera y alcoholes, que emanan del tequila que ahí reposa y se añeja desde hace unos años.

El tesoro de tequila José Cuervo está sin duda en la bodega, que bajo una tenue luz almacena las "damajuanas", pequeñas botellas de vidrio que guardan el tequila producido entre 1800 y 1900, cuyo sabor solo han probado unos cuantos.

Luego se puede degustar la comida tradicional mexicana acompañada de alguno de los
tequilas de la marca Cuervo Black, ideal para mezclar, Centenario Plata, tequila blanco considerado el "de los meros hombres"por su alto grado de alcohol; o Tradicional, el preferido del famoso cantante y actor Pedro Infante (1917-1957).

El mariachi, siempre presente en estas tierras, es el broche de oro de una visita al pasado, a una historia iniciada en la época prehispánica, cuando, según la leyenda, un rayo incendió un agave, con el que la Diosa Mayahuel descubrió el tequila, la bebida mexicana que ha recorrido el mundo entero.