Georgia

España entre las cinco últimas

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José Luis Uribarri tiene un ojo puesto en «Vuelve San Valentín», la película que mañana emite en su programa de 13TV, «Nuestro Cine» –donde entrevista a Paula Martel y Tere del Río–, y el otro, en Eurovisión. No en vano, él es la esencia del festival en nuestro país a pesar de que este año en TVE hayan dejado en manos el certamen de José María Íñigo. Ellos sabrán. Aun así, resulta imposible acercarse al festival que hoy celebra su gran final sin contar con la voz y el análisis del mayor experto en estas lides, que ha querido compartir su habitual quiniela de favoritos con LA RAZÓN.

¿Ganará España Eurovisión esta noche?
-Le ha favorecido mucho sorteo, pero no tengo mucha esperanza. Actuar en el puesto 22 y que detrás vayan Ucrania, Serbia y Georgia, que tienen poco que hacer le beneficiará a la española. Lo malo es la canción. La veo entre las cinco últimas, si bien reconozco el magnífico esfuerzo de la cantante y de la coreógrafa, Lola González, que es magnífica. El problema es que no tenían de dónde sacar. No sé ni cómo traducirán a los otros idiomas el título, «Que me quiten lo bailao», para que se pueda captar el contenido de esta expresión popular.

¿Qué hay que hacer para lograr un «top five»?
 -Después de haber probado con el sistema abierto a través de internet para que se presente quien quiera, se puede llegar a la conclusión de que no se presentan grandes propuestas. Estoy seguro de que se las han visto y se las han deseado para elegir canciones finalistas con calidad. La prueba es que el cantante Francisco quiso presentarse, pero al ver la preselección de temas, declinó dar un paso al frente. En mi humilde opinión, habría que cambiar el «chip» y apostar por una selección interna invitando a participar a los mejores tanto en composición como en interpretación.

Por ejemplo, ¿ganaría David Bisbal Eurovisión hoy por hoy?
-Si la canción y la puesta en escena son buenas, sí.

Se ha caído de la final Dana Internacional, que ganó el festival para Israel en 1998. ¿Puede ser porque el tema era precisamente flojo?
-Dana Internacional está pasada de moda, está mayor y no ha gustado su canción. En aquel momento representaba a un colectivo –fue el primer transexual en presentarse ganar el concurso–. Ahora sólo quería ejercer de cantante y ahí su capacidad es más limitada. Me sorprenden más las eliminaciones de Turquía y Noruega.

¿Por qué desaparecen del mapa estos países que eran favoritos de crítica y público?
- Porque había que hacer huecos a países del Este. En la final se han colado diez, de 25 participantes: Bosnia, Lituania, Estonia, Rusia, Moldavia, Azerbaiyán, Eslovenia, Ucrania, Serbia y Georgia. Está clarísimo que se han apoyado a muerte en detrimento de otros que, a priori, merecían pasar más. Sin embargo, de ellos, sólo tres estarán en el top diez que son Rusia, Azerbaiyán y Estonia.

¿Tienen los países del Este el control de Eurovisión?
-Hasta cierto punto. Yo cuento para el top cinco, salvo Bosnia o Rusia, con Francia, Irlanda, Reino Unido y Alemania. No veo ganador un país del Este.

Entonces, ¿la Vieja Europa ha vuelto a encontrar su lugar en el festival?
-Más bien han apostado por llevar algo diferente. En el caso irlandés, el dúo Jedward. Son muy llamativos y han bombardeado con su puesta en escena. Los ingleses, por ejemplo, han apostado por enviar las figuras más conocidas de todo el concurso que son «Blue» con «I can». En todas las apuestas Francia es la gran tapada y puede dar la campanada. Amaury Vassilli es un cantante de ópera, que dejando de lado el chovinismo francés, canta en corso. También hay que tener cuidado con Alemania, a quién representa de nuevo la ganadora del año pasado, Lena, con un tema original y una puesta en escena de una elegancia destacable.

¿Gana Eurovisión quien se lo merece?
-Musicalmente no, resulta determinante el espectáculo, que este año lo dan tres países, Irlanda, Moldavia y Suecia. El joven sueco es muy potente, pero le fallan los coros.