De Niro ama a Bellucci

Su belleza le abrió las puertas de Hollywood de par en par. Sin embargo, Monica Bellucci es algo más que una cara bonita, y no tiene problemas en embarcarse en la producción franco italiana «Manuale d'amore 3», porque, según asegura, «Giovanni Veronesi, el director, es mi amigo. Se trata de una saga que ha tenido mucho éxito, probablemente, gracias a la fórmula de los episodios, que proviene de la comedia italiana de los sesenta», explica la actriz. En efecto, ella aparece en el tercero de los episodios de la cinta, en el que encarna a una «streaper» que no es totalmente sincera sobre sus actividades. «¿Es necesario a veces mentir por amor?». Bellucci se ríe ante la pregunta pero no titubea en la respuesta: «Sí. Creo que cada uno tiene que gestionar sus propios demonios y no echárselos encima a su pareja. No puedes mostrar todo lo que piensas, no sería bueno para nadie. Sólo los niños dicen toda la verdad», asegura Bellucci.

Anfitriona de De Niro
Después de que participara fuera de su país en numerosas producciones, ahora es ella la que sirve de anfitriona en esta película a Robert de Niro, quien, a pesar de su apellido, es neoyorquino de nacimiento: «Quería participar en este proyecto pero no hablaba italiano muy bien. Cuando comencé a rodar con él me quedé sorprendida de cómo había mejorado. Sin duda, es un gran profesional incluso para participar en una comedia como ésta, y con la impresionante filmografía que tiene a sus espaldas. No se toma nada a la ligera», revela Bellucci. Tampoco ella lo hace con su carrera, más centrada ahora en los proyectos que en las nacionalidades: «Nunca me imaginé a mí misma viviendo en Estados Unidos. Me atrae la energía con la que se hacen las cosa allí, por eso voy de vez en cuando. Pero me siento tan europea que nunca me trasladaría allí», explica la intérprete, quien, sin embargo, sí ve diferencias en el cine de nuestro continente: «No creo que exista un cine europeo. Para algunas películas es complicado moverse incluso entre nuestras fronteras. Además, no se puede comparar la producción italiana con, por ejemplo, la francesa. No es una cuestión de talento, sino de industria», explica. Aquí o allí no nos faltarán ocasiones para verla: en estos momentos rueda una cinta francesa y después participará en otra iraní.