
España
Ni plan ni pensión

¿Podrá España pagar sus pensiones y devolver todo el dinero prestado cuando el siglo se adentre en la década de los treinta? La respuesta es no. Los mercados son fríos. No hacen campañas electorales ni tienen argumentarios elaborados por asesores pagados a millón el consejo. Han hecho números. Y no les salen la cuentas. Desde hace tres años la deuda española se ha disparado en trescientos mil millones. Y lo que queda para el año 11 y siguientes. Zapatero ha combatido la crisis a base de préstamos y acabará vendiendo hasta el último tren del AVE para pagar la fiesta. Ahora se ha puesto a hacer recortes para que le sigan fiando. Hasta el pasado mes de mayo el Presidente del Gobierno pensaba que gobernar era tan simple como retirar dinero de un cajero con fondos infinitos. Nuestros prestamistas son como nosotros mismos. No hay ogros ni monstruos avariciosos. Si te dan quieren a cambio lo suyo y con los intereses correspondientes. España tiene que reducir sus tamaños y sus costes. Y guste o no las pensiones tienen que ser más pequeñas para cumplir con la obligación de repartir entre todos. El llamado Pacto de Toledo ha demostrado ser una pérdida de tiempo para los políticos y de dinero para los contribuyentes que les pagan. Al final la reforma será la que siempre ha querido la Unión Europea. No hay convicción en el Gobierno tan sólo obligación. Se renuncia a los principios después de no haber dicho la verdad. Es un engaño constante. El PP debería apoyar la reforma que haga Zapatero a finales de enero. Será un obstáculo menos en la lista problemas heredados.
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