Afganistán

Los talibán acosan la zona española para salvar el opio

La provincia afgana de Badghis, bajo responsabilidad española y cuya capital es Qala-i-Now, es la única de la mitad norte del país asiático con un nivel de cultivo de opio «elevado» y una de las principales vías de salida de la heroína de Afganistán hacia los mercados europeo y ruso.

Los talibán acosan la zona española para salvar el opio
Los talibán acosan la zona española para salvar el opiolarazon

Así lo refleja el informe de la ONU «World drug report 2010», que, en una estimación que califica de «conservadora», calcula que los talibán reciben anualmente unos 125 millones de dólares del tráfico de droga. Los cultivos de opio se concentran principalmente en las provincias de Helmand y Kandahar, al sur, y en Badghis, al noroeste. Es más, las únicas en las que el año pasado creció el cultivo de esta droga respecto a 2007 fueron Kandahar y Badghis.

Este dato no es una cuestión ajena a los hechos del miércoles en Qala-i-Now. Al menos así lo valora la inteligencia española. El asesinato de dos guardias civiles y un intérprete y el inmediato intento de asaltar la base, junto a las protestas en otros puntos de la ciudad, responden a una estrategia coordinada en aras de proteger el negocio de los opiáceos en esa zona del país.

Aunque rara vez se ataquen las plantaciones de amapolas, pues eso dejaría en paro a multitud de agricultores que inmediatamente pasarían a engrosar las filas del enemigo, el establecimiento por parte del contingente español de puestos avanzados en Sang Atesh y Muqur, más al norte de Qala-i-Now, con el consiguiente incremento del control de la zona por nuestros soldados, ha cortado en buena medida los flujos del tráfico de la droga hacia Turkmenistán, la frontera más débil de la zona norte del país. El movimiento de la droga de Afganistán hacia el país vecino por esa región es más fácil, señala la ONU, por varios motivos: en primer lugar, el control en Uzbekistán y Tayikistán es mucho más estricto; y en segundo término, en las provincias de Herat, Badghis y Faryab (todo el frente noroeste) viven cerca de un millón de turkmenos que facilitan el tránsito entre uno y otro lado de la línea. Es significativo también el hecho de que la mayor concentración de talibán en la región se produce en el distrito noroeste de la misma, por donde transitan las dos principales rutas de comunicación hacia Turkmenistán.

Pero la labor de los soldados españoles ha provocado que los insurgentes tengan más dificultades para «exportar» por esa frontera un producto que es la principal vía de financiación de su guerra y que los talibán ataquen con especial ahínco las posiciones avanzadas de nuestros militares. De hecho, las últimas bajas del contingente español, excepto las del miércoles, se han producido en su mayoría en la ruta Lithium, la más importante vía de comunicación hacia la frontera.

Preocupación en los mandos
La principal preocupación de los mandos españoles es ahora el hecho de que, ante el asentamiento de las tropas en las rutas de tráfico de drogas, los talibán busquen desestabilizar la retaguardia, es decir, Qala-i-Now. Aunque la inteligencia aún no ha terminado su investigación sobre los hechos del miércoles, fuentes militares ven posible que el ataque y posterior intento de asalto se enmarquen dentro de una estrategia de más larga duración sobre la principal ciudad de la región. Qala-i-Now está estabilizada desde hace mucho tiempo y esta estrategia talibán pasaría por remover las aguas para que el contingente español tenga que volcar más esfuerzos en la ciudad que en la ruta del opio. De ahí también que los mandos militares consideren que sería necesario incrementar aún más el número de efectivos del contingente.

La segunda preocupación de los responsables militares es la detección de un incremento en el número de insurgentes en la provincia y en la propia ciudad. Su presencia en poblaciones pequeñas llama la atención a los propios ciudadanos, que en ocasiones no dudan en denunciar su presencia al ser desconocidos para ellos. Este aumento de enemigos en la zona, consideran las fuentes consultadas, se puede deber tanto a la necesidad de proteger el opio como a la presión de la coalición en provincias del sur que les obligue a moverse a lugares «más tranquilos».

Ayer, aunque en Qala-i-Now se mantenía el toque de queda decretado por el gobernador y el refuerzo policial, la situación era tranquila.