Fue campeón

Tras la Guerra Civil, Gimnástico y Levante estaban en Segunda. El primero tenía campo y carecía de jugadores y el segundo contaba con futbolistas y su campo estaba destruido. Durante la contienda, el Levante fue campeón de Copa, copa del presidente de la República, que tiene en sus vitrinas, y que la Federación no le reconoce –las Cortes, sí– cosa que sí hizo con el Sevilla, que venció en 1939. La fusión de los dos clubes llevó a jugar en Vallejo, terreno gimnástico, y con su uniforme azulgrana y aceptar el nombre del equipo del Grao. El Gimnástico nació dentro de la ciudad y empezó jugando en los aledaños del Turia y de ahí que el croar de las ranas –granotes– acabara por ser símbolo que ha permanecido.

El Levante, con su incierto recorrido, ha sido la mayor parte del tiempo el segundo equipo de Valencia. Ha padecido el síndrome que en otras ciudades han tenido quienes han intentado codearse con el grande. Vallejo conoció su primer ascenso a Primera con don Eduardo Clérigues como presidente. Su traslado al barrio de Orriols fue un desclasamiento. El Grao acabó por ser el sostén casi exclusivo del club.

Con la Concursal ha comenzado a salir a flote. En la dirección del club hay gentes con sentido común y no se gasta lo que no se tiene. Ha habido acierto en los fichajes a coste cero y la grey levantinista es feliz con los resultados de su equipo. El capitán que los manda, Ballesteros, es el alma del equipo.