CRÍTICA / «The Runaways»: Dakota la salvaje

En serio: quien posa en la foto superior es Dakota Fanning, la niña, para entendernos, de «Yo soy Sam» y «La guerra de los mundos», una estupenda película en la que le robaba planos hasta al mismísimo Cruise. Ahora, la actriz pega un violento volantazo en su carrera para encarnar a la sexy, politoxicómana y problemática artista adolescente Cherie Currie, la voz del grupo punk femenino The Runaways. La pena es que la película, en tanto retrato del rock realizado en los 70, se antoja escasa, diríase incluso rácana, y como «biopic» (de hecho, el filme se basa en la autobiografía de la mencionada Currie), y aun cuando la cinta sea una más o menos afortunada sucesión de escenas subidas de tono, un espejo de lo que provoca el abuso de estupefacientes varios y compile fragmentos de salvajes conciertos (porque antes que Madonna ya había quien cantaba en ropa interior, ojo), da toda la pinta de que se queda corta sobre las turbulentas existencias de la protagonista y Joan Jett, otra carismática integrante de la banda que tal bailaba. No hay futuro.