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Bowie no se jubila
MADRID- Acaba de cumplir 65 años. Una vida entera dedicada a la música y a la interpretación que le han permitido vender más de 140 millones discos y un legado, con infinidad de canciones, de estilos y ritmos, alejados de la corrientes y modas. David Bowie, que también es The White Duke y Ziggy Stardust, ha demostrado, además, la madurez del que sabe mirar con la distancia, alejado desde hace diez años de cualquier tentación de componer nuevo material, innecesario para quien considera la vida como algo pasajero. Precisamente de su cameleónica existencia acaba de editar un exhaustivo volumen Paul Trynca, «David Bowie. Starman».
Y es que cambió sus prioridades hace mucho tiempo, cuando comprendió que la vida puede dar un giro en cualquier momento. Su aviso fue una operación de corazón y el atentado de las Torres Gemelas. Desde entonces, Bowie ya no lleva la complicada vida de una estrella mundial y prefiere ver crecer a sus hijos y leer o pintar, sus otras pasiones. Bowie ha representado siempre los papeles que le han divertido y ha sabido torear los vendavales de rumores que han rodeado a su persona: su presunta bisexualidad, su relación con ideologías nazis o su pensamiento anti británico. Y es que pocos artistas han sabido transformarse como él: folk, glam rock, pop, blues, electrónica, soul, jazz; estilos todos alimentados y controlados por este artesano de la música, que además de dominar mil instrumentos es un genio de la producción. Lo que también dignificó a Bowie desde un primer momento fue su capacidad de transformación física a la par que sus canciones migraban de estilo. Desde su pelo casco y rubio dorado de finales de los sesenta, cuando versionaba canciones como «Port of Amsterdam», con una doce cuerdas, o su paso por los vestidos y plataformas al tiempo que buscaba al Major Tom en el cielo de Hammersmith; su estilo «rocker boy» en Berlín trajinando Low, Heroes y Lodger; o su cambio a dandie con sastre en Tailandia, cuando entrados en los ochenta creó China Girl, Modern Love, y demás genialidades. Bowie siempre ha sido un siamés de las artes, un virtuoso y en definitiva, un adelantado.
¿Dónde está la leyenda?
Tenemos mucho material para poder disfrutar y entender a este genio. Su vida se podría relatar tanto en canciones como en imágenes, pero a pesar de que los 65 años de otros artistas no impida que les veamos sobre los escenarios, Bowie parece haber elegido la distancia del que ha triunfado en la vida, del que ha logrado un éxito global y prefiere aprovechar sus horas, en lo que de verdad es importante: la familia, la salud y el bienestar. Desde 2003, año en que editó su último disco –y cuya gira suspendió–, apenas se prodiga, lo que ha disparado los rumores sobre su estado de salud, que desde su entorno nadie confirma, con lo que la leyenda no hace sino acrecentarse. Él siempre fue un visionario de estilos. Cuando cambiaba el ritmo de la música, la industria le seguía dos años (son infinidad los artistas que se han dejado influir y seducir por su talento, de Nirvana a Blur) después y quizá su actitud y forma de entender la vida hoy, nos podría dejar algo en claro a nuestras pequeñas y confundidas existencias.
El detalle
EL REPOSO DEL GUERRERO
Contrajo matrimonio con la modelo somalí Imán en 2002, con quien tiene una hija, Lexy. Anteriormente, Bowie estuvo casado con Angela Barnett, en 1970, y tuvieron un hijo, Duncan Jones. Sus últimas apariciones han sido para asistir a dos estrenos de las películas de su vástago. Su bajista, la espectacular Gail Ann Dorsey, ha declarado que «David se está dedicando a ser padre, aunque no me lo imagino sin componer ni crear nada».
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