Obama
Wall Street se resiente tras las elecciones
El reto inmediato al que se enfrenta Obama tiene fecha de caducidad: el 1 de enero de 2013. Si en esa fecha no se logra un consenso entre republicanos y demócratas, entrará en vigor la «Ley de Control Presupuestario», apodada «precipicio fiscal», es decir, una subida de impuestos y recortes del gasto que servirán para equilibrar el déficit público, que si en 1965 era el 2% del PIB, ahora supone un 15%. Esta incertidumbre fue la que provocó ayer que Wall Street abriese con una fuerte tendencia bajista y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, descendiese un 1,26%.
La reelección de Obama no ha calmado a la bolsa ya que, tras las elecciones, los republicanos siguen manteniendo el control de la Cámara de Representantes y los demócratas el Senado, lo que prolongará las dificultades para alcanzar un acuerdo que evite el «precipicio fiscal». Si el G-20 ya lanzó una advertencia a EE UU sobre que el «precipicio fiscal» podría tener repercusiones a nivel mundial, ayer fue la agencia de calificación Fitch la que amenazó a Estados Uunidos con degradar la máxima nota de «AAA» que otorga a la deuda soberana del país si no se logra un consenso. La calificadora advierte de que el país tendrá que poner en marcha medidas extraordinarias a finales de año para elevar el límite de endeudamiento autorizado por el Congreso, que es actualmente de 16,4 billones. La otra agencia calificadora, Moody's, lanzó la misma advertencia en septiembre. El hecho de que no se alcance un acuerdo no «molesta» tanto a Wall Street, ya que este bloqueo está frenando la adopción de medidas como la «ley Dodd-Frank», adoptada en 2010 y por la cual se aumentó el control de las operaciones financieras de riesgo tras la crisis de la bolsa de 2008.
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