Valencia

Rebelión autonómica de los laboratorios

El tijeretazo desata la ira de la industria farmacéutica, que decide actuar contra el Gobierno vasco por vetar las marcas de cuatro medicamentos. Las compañías se plantean mantener las inversiones pactadas en las comunidades 

Rebelión autonómica de los laboratorios
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La industria farmacéutica ha dicho basta. El tijeretazo del Gobierno, que merma drásticamente los beneficios de las compañías en España por la vía del descuento, ha marcado el punto de inflexión. Antes de recibir la embestida, los laboratorios y la patronal que les representa, Farmaindustria, acataban en silencio las iniciativas aisladas que iban adoptando por su cuenta las autonomías en materia del control del gasto farmacéutico.

Asistieron así, enervadas, aunque impasibles, a las andanadas que iban surgiendo como fichas de dominó en Andalucía, Aragón, Valencia, Madrid o Galicia. En unos casos, se trataba de normas preparatorias de posibles «medicamentazos». En otros, de comisiones mitad oficiales y mitad científcas, destinadas a retirar de la dispensación hospitalaria indicaciones de algunos fármacos innovadores. Un punto de estoicismoEl punto álgido del estoicismo de los laboratorios se produjo a finales de abril en Castilla-La Mancha. Allí, las autoridades decidieron obstaculizar a través de una herramienta informática la prescripcción por parte de los médicos de algunas marcas muy conocidas, con el objetivo de desviar las recetas consignadas hacia sus principios activos correspondientes o sus genéricos.

La industria, que apostó entonces, una vez más, por el silencio público y por el diálogo por los cauces oficiales, se ha plantado. El detonante se ha producido en el País Vasco, en donde el consejero de Sanidad, Rafael Bengoa, ha decidido dar una nueva vuelta de tuerca al control del gasto, en lo que constituye un paso más allá de la iniciativa de Castilla-La Mancha. Los médicos no podrán prescribir las marcas de cuatro medicamentos muy conocidos en el mercado –atorvastatina, valsartan, clopidogrel y risedronato–, y si lo hacen, los productos serán sustituidos por sus genéricos, salvo que exista una justificación exhaustiva de las razones de su elección. Ante ello, Farmaindustria ha decidido pasar a la acción y ha requerido mediante un escrito dirigido al Ejecutivo de Patxi López el fin de tal iniciativa, por considerar que «vulnera el marco legal y que atenta contra los derechos de las compañías, los médicos y los pacientes», según la patronal.

La actuación de los laboratorios, que han interpuesto un recurso previo a una posterior actuación ante los tribunales de Justicia, responde a que, a su juicio, el Gobierno vasco ha traspasado una línea roja hasta ahora infranqueable. La industria no entiende que se veten medicamentos que el propio Ministerio de Sanidad decidió autorizar.

El enfado de los laboratorios emerge además al hilo del tijeretazo, y las autonomías pueden ser las paganas. Según ha podido saber este periódico, varias compañías se están planteando también la posibilidad de romper el clima de entendimiento, suscrito a través de un pacto no firmado, que mantenían con el Gobierno y dejar de financiar proyectos sanitarios enmarcados en la Investigación y el Desarrollo, que ya se habían puesto en marcha el pasado año.

pacto histórico entre farmaindustria y las sociedades científicasFarmaindustria, la patronal de los laboratorios farmacéuticos, ha elegido compañero de viaje entre los médicos: la Federación de Asociaciones Científico-Médicas de España (Facme). El acuerdo, histórico, fue rubricado esta semana entre Humberto Arnés, director general del colectivo empresarial que agrupa a las compañías (a la izquierda), con el presidente actual de la federación médica, Avelino Ferrero (a la derecha), y su futuro sustituto en Facme, José Manuel Bajo Arenas, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia.