Bruselas

Rajoy rotundo: «No habrá intervención»

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, puso ayer voz a la desazón que se palpa en La Moncloa en los últimos días. El pasado lunes este periódico informó de que el Ejecutivo asumía oficiosamente que la situación era tan crítica que el futuro estaba ya en manos de Bruselas y del Banco Central Europeo (BCE), «después de la intensa agenda de reformas y recortes puesta en marcha»

Rajoy rotundo: «No habrá intervención»
Rajoy rotundo: «No habrá intervención»larazon

MADRID- Un alto cargo del Gobierno reconocía hace una semanas que ningún país pueda aguantar más de quince días con su prima de riesgo por encima de los 450 puntos, y ayer llegó a superar los 500 bajo la presión de Grecia, de la crisis del euro y de factores endógenos, como nuestro sistema financiero o la incertidumbre sobre las autonomías.

Al mismo tiempo que la prima se disparaba, Rajoy dejaba en los pasillos del Congreso la exigencia a la UE de que lance un mensaje «contundente» en apoyo del euro y de la sostenibilidad de las deudas públicas de todos los países que comparten la moneda única.
Esa defensa del euro, que no llega con esa «claridad y contundencia» por parte de Bruselas, la anticipó él, a sabiendas de que en la estabilidad europea nos jugamos nuestra propia estabilidad y vencer sin tropiezos la amenaza de la quiebra. La Comisión Europea (CE) eludió contestar a su petición, remitiéndose a lo ya dicho por el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn.

Detrás de este mensaje está el razonamiento que hacen en el Gobierno de puertas adentro, y el que comparten también la mayoría de los analistas: el de que el Ejecutivo ha puesto toda la carne en el asador, ha hecho más reformas que casi nadie y en menos tiempo, y que se echa en falta un mayor apoyo por parte de Bruselas. «Si el BCE no nos da financiación, si no compra deuda, si no riega nuestro sistema financiero, tendremos problemas serios. La pregunta es hasta cuándo va a forzar la máquina y va a seguir resistiéndose a cambiar su discurso en vez de retirar la presión sobre los gobiernos y mover ficha, como hizo en diciembre», sostenían ayer fuentes oficiales bajo los rumores que alimentaban la tesis de que el BCE planeaba abrir el grifo.
«Hay que garantizar la sostenibilidad de la deuda pública, y luego que todos cumplamos nuestros compromisos, como está haciendo España», insistió el presidente. Rajoy descartó categóricamente la posibilidad de la intervención de España, alegando que habla cada semana con dirigentes europeos y que esa hipótesis nunca ha estado encima de la mesa. «El Gobierno sabe lo que tiene que hacer: somos conscientes de la dificultad, pero vamos a continuar haciéndolo», añadió.

En la misma dirección apuntó el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien desde la Cámara Baja advirtió a los dirigentes europeos de que España «no necesita más presiones de nadie». «No hay movimiento que esté haciendo el Gobierno que no esté contrastado con la UE», añadió. Y fue incluso más allá. «Sencillamente el corralito es técnicamente imposible», aseguró el titular de Hacienda, quien arrojó algo de luz entre tanta sombra: «el año que viene España estará viendo la luz al final del túnel dentro del euro y con el apoyo de todas las instituciones europeas».