Deportes
Días de pasión
El fútbol, como la política, hace extraños compañeros de cama. En estos momentos hay más seguidores del Valladolid de los que nunca pudieron imaginarse en el estadio Zorrilla. Hoy tiene el Málaga más entusiastas que nunca detrás de sus jugadores. Los intere- ses, con el final de Liga, hacen a los barcelonistas malaguistas y a los madridistas, pucelanos. No son cariños, sino interés. No hay amor: sólo conveniencia.Para hoy existen también amores forzados porque hay en juego puestos europeos. Pero éstos, con ser importantes, están en segundo plano. Lo que realmente importa es el título y la salvación. Solamente hay dos clubes implicados en la conquista del campeonato, pero son cinco los que se juegan la permanencia. Los intereses y las pasiones, aunque puedan medirse en la cantidad de los seguidores de cada club no son superiores los de unos a los de otros. Para un madridista, la Liga puede ser gran alegría o enorme decepción. Lo segundo puede equipar a malaguistas y vallisoletanos. La alegría y el dolor hace iguales a quienes las disfrutan o padecen. En Barcelona, al margen del final del campeonato, se especula con la campaña electoral y los fichajes. En Madrid, el único debate está en mantener a un buen entrenador, educado y cul- to o contratar un maleducado y conflictivo individuo quien, ha- bitualmente, está enfadado con el mundo y a quien se adjudica odio al Barça. Se trata de seguir predicando que en la casa existe un estilo y presumir del mismo como seña de identidad, o ciscarse en él. Todo vale.
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