Arquitectura

Rascacielos en espiral

Una escalera de caracol sirvió de inspiración para esta urbe vertical. Una torre «horizontal» de zonas verdes y mezcla de residencias privadas, energías renovables y usos comerciales que aspira a cambiar la forma de construcción-desmontaje, gracias a un sistema neumático con aspecto de oruga

Rascacielos en espiral
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Los cálculos dicen que para 2050 el 80 por ciento de la población vivirá en ciudades. Si en tan sólo 12 años hemos pasado de 6.000 a 7.000 millones de habitantes, es fácil imaginar las dificultades de las megaurbes del mañana. La construcción en altura parece ser una de las soluciones más solventes. Tanto como aprovechar este mismo parámetro para crear granjas de autoabastecimiento y zonas verdes. Con esta idea de unir la verticalidad con los paisajes horizontales de las zonas residenciales, y al mismo tiempo combinar usos privados y públicos en un único espacio, nació este rascacielos en espiral, un híbrido resultado de «superponer los jardines privados con las mismas características de horizontalidad pero liberando el suelo y concentrando los usos y la energía», reza la propuesta del estudio Nabito.

En definitiva un complejo de 360 grados que empezó a gestarse delante de una escalera de caracol. El equipo de arquitectos se encontraba en Estambul inaugurando un edificio cuando descubrió las posibilidades funcionales y estéticas de una solución en espiral. «Es un rascacielos horizontal, una suma de casitas de campo adosadas», explica Roberto Ferlito desde el estudio. Cada peldaño de esta escalera daría lugar a un paisaje diferente, en función de la iluminación y orientación. De la idea inicial, con la que han ganado la última edición del premio Total Housing, pronto se ha pasado a los primeros contactos con posibles clientes de Emiratos. El edificio se encuentra en fase de definición, aunque desde el estudio creen que la mejor altura para su rascacielos será entre 100 y 250 metros y que lo más interesante será mezclar distintos usos, liberando la estructura central, encargada de soportar todo el peso, para comercios y oficinas y hacer de los laterales una superposición de pisos. Estas componentes se añadirían uno a uno en una sucesión modular; otro de los aspectos más sorprendentes de este edificio.

Modular y desmontable

Para ello están trabajando con una tesis del ingeniero Filippo Martines. Una fórmula de construcción más rápida, segura, barata y con mayor calidad, ya que cada apartamento se montaría en fábrica y no en el solar de obra. «Sería como un árbol donde cada forma descansaría su peso sobre la anterior», explica Martines, quien añade una ventaja: la posibilidad de montar y desmontar cualquier construcción rápidamente. Una estructura neumática situada debajo de cada piso (proveniente de fábrica) las levantaría hasta el punto donde tuvieran que ser ancladas para luego cerrarse en una contracción vertical, casi como una pelota que se llena y se vacía, para apoyarse después en el nuevo piso y seguir subiendo. Esta oruga neumática acabaría con las grúas y permitiría subir todos los lados de una construcción a la vez. En este caso, debido a la particular forma habría que levantar sólo dos lados opuestos para compensar el peso. Los prototipos hacen afirmar a su inventor que la altura no es un problema. En 2009 trabajó a escala con un estructura de 879 metros y con una bomba de nitrógeno.

Esta miniciudad podría autoabastecerse gracias al desarrollo de las parcelas verdes, aunque para poder disfrutarlas el equipo está trabajando en la estructura central, más grande que las residenciales y anclada para evitar las oscilaciones con el viento a partir de los 60 metros de altura. Gracias a la colocación de vigas laterales, la escalera se aguantaría cada tres pisos y las barandillas de los jardines irían creciendo hasta los tres metros para hacer viable el disfrute de los vecinos.

Otra de las ideas pretende «usar la estructura central como pozo para agua de riego», explica Ferlito. El estudio cree que el agua podría extraerse de la costa y, una vez desalinizada y almacenada, alimentaría las plantas por riego hidropónico para evitar consumos excesivos en el desierto. Como en cualquier construcción moderna que se proyecte, no han olvidado incluir las energías renovables: la eólica con la introducción de microturbinas y células solares adosadas a las ventanas, si es viable, orientadas hacia los puntos cardinales libres de la excesiva exposición al sol. La sostenibilidad económica dependerá de la variedad y multiplicidad de usos del interior de esta auténtica ciudad vertical, piensan en Nabito.