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Ración de cáncer

La Razón
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Los hay que tienen su ración de paraíso y otros que tienen su ración de cáncer. Es lo que les sucede a los camareros españoles, que están cuatro veces más expuestos a los efectos perniciosos del tabaco que otros trabajadores. Son parte de los tres mil fumadores pasivos que mueren al año en España, el único país de Europa que dobla la exposición al humo en sus bares con respecto al resto.Una tragedia que se puede y se debe evitar. No es justo que los trabajadores de la hostelería tengan que pagar así, con su salud, una de las ocupaciones más esforzadas que existen, tanto por los horarios casi inhumanos que les imponen, como por los esfuerzos que se les exigen. Los argumentos torticeros de la industria de la hostelería habían conseguido, hasta ahora, demorar unas restricciones imprescindibles para hacer frente a la devastación del tabaquismo sobre el sistema cardiorrespiratorio. Hace muy bien el Gobierno en dar prioridad a la defensa de la salud. Un diez para Trinidad Jiménez. Todo lo que se haga para restringir todavía más la posibilidad de fumar, debe ser aplaudida. No es verdad que el sector de la hostelería vaya a resultar perjudicado con esta medida necesaria. Al contrario, muchos que no entran ahora en bares y cafeterías, lo harán en cuanto se conviertan en espacios sin humo. Se acabó, por suerte. la obligada ración de cáncer.