India
Cristianos huidos a la selva
Miles de católicos temen los ataques de los fundamentalistas hindúes
MADRID– John Barwa, arzobispo de Bhubaneswar, en la pobrísima región india de Orissa, es un hombre tenaz y tranquilo. Se crió en pleno campo y lo expulsaron cuatro veces del seminario porque no se adaptaba a la vida urbana. Pero insistió y se convirtió en uno de los primeros obispos de origen tribal en la India. Esa paciencia y tesón son los que necesita para reconstruir su diócesis, devastada por los ataques de los fundamentalistas y ultranacionalistas hindúes, que entre 2007 y 2008 quemaron 6.500 casas de cristianos y 350 iglesias. Unos 20.000 cristianos huyeron a la selva y la mitad aún malvive en campos de desplazados y no se atreve a volver a sus tierras.
«Una cosa es la religión hindú, y otra distinta es la ideología "hindutva", que es un nacionalismo radical indio que usa la religión como excusa para generar odio contra cristianos y musulmanes, que además muchas veces son de casta baja», explica el obispo. «En realidad, detrás de esta ideología hay un motivo económico: en Orissa, en las colinas y montañas donde vivimos los tribales, hay minerales, y quieren expulsarnos para quedarse con esa riqueza. El "hindutva"nos acusa de ser religiones extranjeras, pero los cristianos llevamos en la India desde que llegó el apóstol Tomás, en el siglo I. También dicen que quieren que la gente vuelva a la religión hindú de sus ancestros, pero nosotros, los tribales de Orissa, nunca fuimos hindúes, sino animistas, hasta que llegaron jesuitas belgas en el siglo XIX y nos hablaron de Jesús y Dios Padre, un Dios de amor».
Los ataques en la región se saldaron con más de 80 muertos y miles de desplazados, pero los cristianos no perdieron la fe, se movilizaron y acudieron a los tribunales. Ayuda a la Iglesia Necesitada está financiando la atención psicológica a las víctimas: miles de niños que fueron agredidos y durante días se escondieron en la selva, con familias rotas y mujeres violadas. Entre éstas últimas está una monja sobrina del obispo, Meena Barwa, que contó su estremecedor testimonio ante las cámaras y sobrecogió a toda la audiencia de la India. Fue secuestrada junto con un sacerdote.
Violada por ser religiosa
Los fundamentalistas amenazaron al cura para que violase a la monja, pero él se negó, así que un grupo la violó, uno tras otro, y luego la hicieron correr desnuda por las calles. «Yo los perdono de corazón, porque si no no sería cristiana», dijo Meena ante las cámaras, tapándose el rostro para conservar su intimidad. Hay más de 3.000 personas con secuelas emocionales graves y la Iglesia quiere entrenar a 150 terapeutas para atenderles.
Perfil
«Nuestra fe es más fuerte»
El arzobispo John Barwa pastorea unos 64.000 católicos en una diócesis que tiene 12 millones de habitantes. Creció en una familia rural, muy pobre. Sus padres tuvieron seis hijas y dos hijos. Con el abuelo, catequista, rezaban cada noche. «Nuestra casa estaba a 8 kilómetros de la Iglesia, pero ir a misa cada domingo era como una gran fiesta», recuerda. «Los de cultura tribal tenemos muchas vocaciones. La persecución ha hecho que nuestra fe sea aún más fuerte», asegura.
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