Castilla-La Mancha

Discriminación política

La Razón
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No hay nada como dar tiempo a las cosas, para que las cosas se pongan en su sitio. El Gobierno Valcárcel ha sido acusado en decenas de ocasiones de recurrir al victimismo, al lloriqueo y a la limosna, para que fuesen atendidas sus demandas en materia de emisión de deuda. ¡Pedigüeños!, era lo mínimo que se nos decía desde el Gobierno Zapatero o desde su terminal murciana, encabezada por el delegado del Gobierno ,Rafael González Tovar, o la candidata a la presidencia, Begoña García Retegui. También se ha acusado al Ejecutivo regional de falsear los datos reales sobre la economía y de no hacer los deberes que le exigía el Gobierno central. Pero al final, todo se ha visto que era una sarta de mentiras. Para empezar, el Gobierno de Ramón Luis Valcárcel nunca ha ido de víctima, porque lo que ha pedido, una y mil veces, no era si no que la reparación de una injusticia histórica, el trato igual al del resto de comunidades autónomas y el reconocimiento de cerca de medio millón de murcianos a los que atiende el gobierno puntualmente en todo tipo de servicios y necesidades. Todo eso tenía que tener un equivalente presupuestario que permitiera hacer frente a la difícil situación que vive Murcia y el resto de territorios nacionales. Cuando Murcia se quejaba de discriminación no era de quejicas, ni una entelequia. Ahora comprobamos con los documentos que hoy presentamos, que el Gobierno Zapatero no ha tratado a todos por igual, y que las comunidades gobernadas por el PSOE gozan de privilegios que no tienen las comunidades gobernadas por el PP. El Banco de España autorizó, con permiso del Ejecutivo socialista el endeudamiento de Castilla-La Mancha, cosa que no se le permite a Murcia, pese a ser de las comunidades menos endeudadas. La secuencia de fechas dice el resto, que no es otra cosa, que un atropello institucional, la deslealtad y la discriminación política.