Beneplácito a las doce

MADRID- Los aledaños del estadio acogieron más «bajitos» que de costumbre, hasta niños en carrito, familias enteras. El fútbol a las doce gustó... menos a los ultras, que en las postrimerías del partido entonaron «el fútbol por la tarde». Pero hubo llenazo, como hacía tiempo –ni en las últimas grandes noches europeas–, como para atestar dos coliseos en La Castellana pese a la crisis.

«Me parece que la gente quiere este horario. Es fantástico para ellos porque se van a casa y tienen todo el domingo por delante. Si le gusta a la gente, nos gusta a nosotros que trabajamos para los que pagan por el fútbol», fue el parecer de Mourinho, que agradeció la ingente convocatoria de la afición, pero la criticó por no animar. «Quiero agradecer a los pocos que estaban detrás de la portería porque si no fuera por ellos pensaría que el campo está vacío». Tiene razón Mourinho. El Bernabéu anima poco y nada. Pero también lo es que, más ayer siendo un público familiar, es díficil arrancarse cuando los primeros cánticos son ordinarios y para el eterno rival. «Pu.. Barça, pu... Barça, eh, eh», fue toda la animación junto con un «Hola fondo norte» para que éste contestara «Hola fondo sur». Los ultras, quizá algo adormilados por el horario, no animaron al equipo («Alé Madrid, oé, oé...») hasta el minuto 22 de la segunda parte, cuando Osasuna había recibido un set.

Además, a Mourinho le preocupan otras cosas. Las diferencias de criterio arbitral, sobre todo; la lesión de Di María, que salió del campo en camilla y tiene afectados los isquiosurales de la pierna izquierda, menos. «La experiencia es suficiente para saber que es una lesión muscular y que estará un tiempo fuera de los campos», dijo a falta de la evaluación médica.

Fue una mañana plácida, para estar más que feliz por «diez victorias consecutivas merecidas, ninguna regalada, ni con suerte», pero Mourinho igualmente tenía algo que reprochar: «Ante el Olympique marcamos de falta rápida, fue anulado y tarjeta amarilla a Xabi. Hoy (por ayer) nos han marcado de falta rápida. No digo que el árbitro se haya equivocado, pero me molesta la falta de criterio en situaciones idénticas. Necesito saber si se puede o no sacar rápido».
José Luis Mendilibar y sus jugadores se marcharon con la necesidad de «intentar olvidar cuanto antes, complicado», el 7-1. Ellos no disfrutaron, pese a la «sólida organización» que dispusieron en el Bernabéu –reconoció «Mou»–, pero 60 millones de chinos al otro lado del mundo, sí. Y eso es dinero. En este sentido, también el fútbol a las doce gusta.