Kabul
Ira por la quema del Corán
Más de 3.000 afganos condenan la supuesta ofensa al libro sagrado frente a la base aérea de Bagram. EE UU pide disculpas por el «desafortunado incidente» de su personal
NUEVA YORK- Los esfuerzos de la Administración Obama de ganarse a la población afgana sufrieron ayer otro revés después de conocerse la quema de cientos de coranes en la base aérea de Bagram, al norte de Kabul. Se desconoce qué provocó el incidente aunque todo apunta a que los libros religiosos se incluyeron por error en el material de deshecho para el incinerador de la base. Inmediatamente después, fueron rescatados por soldados estadounidenses y empleados afganos. Fueron precisamente estos últimos los que dieron la voz de alarma al resto de la población que no trabaja dentro de la base.
Ayer el comandante de la OTAN, el general John R. Allen, emitió un comunicado en el que pidió disculpas por la quema del libro santo de los musulmanes. «El personal de ISAF (por la fuerza militar internacional desplegada en Afganistán) de la base aérea de Bagram tiró de forma inapropiada un gran número de materiales religiosos, entre los que se incluyeron varios coranes. En cuanto supimos lo que ocurrió, tomamos medidas para intervenir y evitar lo sucedido. Los materiales recuperados se proporcionarán a las autoridades religiosas apropiadas», concluyó el general.
Desde Washington, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, indicó que «pedimos perdón al pueblo afgano por lo sucedido y no aprobamos dicha conducta. Este desafortunado incidente no refleja el gran respeto que nuestro Ejército tiene por el pueblo afgano», concluyó Carney.
Generalmente los diplomáticos occidentales y los militares se los entregan como regalo en señal de respeto a los líderes religiosos afganos cuando tienen reuniones. Allen ha dado la orden a todas las fuerzas de la OTAN de completar un cursillo de «tratamiento apropiado de los materiales religiosos» antes del 3 de marzo.
Aun así, la jornada concluyó con una manifestación de unas 3.000 personas que acudieron a la puerta del recinto de las fuerzas de la OTAN para tirar piedras y pedir que abandonen Afganistán. Esta reacción recuerda a la polémica suscitada en 2010. Entonces, un pastor evangélico de Florida, el reverendo Terry Jones, amenazó con celebrar el aniversario del 11 de septiembre con una hoguera de este libro santo. Meses después, once personas perdieron la vida en un ataque a la sede de la ONU en el norte de Afganistán.
Este incidente ha tenido lugar en un momento delicado. EE UU tiene que empezar un proceso largo y complicado de tres años de reducir sus fuerzas de combate, mientras parece que también se dará comienzo a las negociaciones entre los talibán y el Gobierno estadounidense. La presencia militar de EE UU en Afganistán tuvo un buen recibimiento en un principio debido a las expectativas de que Washington iba a reconstruir el país. Ahora en cambio, a pesar de que han rehabilitado escuelas, hospitales y caminos, la corrupción del Gobierno y la creciente inseguridad han empeorado la situación general del país.
Un ritual marcado por el Islam
Para los musulmanes el Corán tiene un concepto sagrado. Aunque el libro esté desgastado, o incluso destrozado, no puede tirarse sin más, por lo que efectúan el siguiente ritual: los musulmanes llevan sus ejemplares a la mezquita para que quemen las hojas y se entierren las cenizas en una zona que no sea de paso. Para que este procedimiento se lleve a cabo, un fiel devoto debe supervisarlo, mientras que si se trata de la edición de una parte, podría enterrarse sin más ritual.
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