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Reordenar la fiscalidad por Josep Mª Rañé

La Razón
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El IRPF ha subido, pero se anuncia que bajará en dos años. Este periodo debería servir para reordenar globalmente la fiscalidad más que para esperar la retirada de la subida. Todo lo que supere una renta de 300.000€ anuales cotizará en Catalunya el 56%. Hasta esa cantidad la contribución fiscal es creciente desde el mínimo exento, por lo que no es del todo exacto identificar lo que se paga en el último tramo con el porcentaje que finalmente se acaba pagando.

No obstante, con esta elevación, el IRPF español se asimila casi por completo al esfuerzo impositivo de los países punteros de la UE. No queda mucho margen para subir. España tenía superávit fiscal hace tres ejercicios, debido al alto rendimiento que ofrecía el sector inmobiliario. El problema que ha evidenciado su desmoronamiento es que financiábamos parte de los gastos fijos y estructurales con el rendimiento de una sobreactividad coyuntural y especulativa.

Una vez el empleo vuelva a crecer, podrá hacerse realidad el objetivo de la consolidación fiscal. Pero esa consolidación fiscal deberá contemplar también la recuperación del nivel y calidad de los servicios públicos básicos (sanidad, educación) y las infraestructuras que seguiremos necesitando y que ahora se están recortando.

Por ello, más que deshacer el camino, deberíamos aprender la lección e invertir estos años en hacer una reforma fiscal, que se camine en la dirección de sostener el Estado del Bienestar con ingresos más estructurales, con una base progresiva y potente en los impuestos directos, en lugar de fiarlos a ingresos coyunturales.