Hermanos políticos

Precisamente Fidel Castro, que sólo tiene un par de «looks» de cara al exterior, elige un chándal de Adidas para dejarse fotografiar cuando está en ambientes distendidos y un uniforme militar para los actos oficiales. Su hermano pequeño Raúl –presidente de Cuba elegido «a dedo» por Fidel en 2006– opta por el mismo verde oliva para dirigirse a los cubanos. Algunos politólogos, critican su falta de personalidad y hablan de lo difícil que tiene que ser el hermano del carismático dictador; otros, simplemente lo achacan al complejo que produce llegar a la presidencia sin ningún otro logro que ser el «hermano de». Quienes no tuvieron problemas de ego fueron los Kennedy, tanto John F. como Robert dirigieron EE UU a principios de los 60, uno como presidente y el otro como su secretario de Justicia. Para la sociedad norteamericana, los apuestos demócratas son lo más parecido que han tenido a un linaje real. En palabras de Antonio Alonso, profesor de la universidad CEU, «muchas veces los hermanos se unen para auparse en el poder, pero una vez conseguido, las luchas intestinas deterioran la relación personal. Aunque se encuentren ideológicamente en el mismo bando». Es el caso de los conservadores Kaczynski, en Polonia. El fallecido presidente Lech nombró primer ministro a su hermano Jaroslaw. Sin embargo, no le gustaba aparecer retratado junto a él. Alonso explica que «en todas las culturas el valor de la familia está por encima de todo, hasta que se llega al ejercicio de poder». En Pakistán también sufrirán un régimen fraternal si Nawaz Sharif, líder de la Liga Musulmana y principal rival del presidente Ali Zardari, logra acceder al poder. Su hermano Shahbaz, actual gobernador de Punjab, será el primer ministro paquistaní.