Sagunto
Valencia en cenizas
Los restos del incendio se han extendido hasta el Cabo de Creus. Detenido un hombre como posible autor del incendio de Andilla
VALENCIA/ MADRID- La catástrofe medioambiental, cuyas llamas arrasan desde el miércoles miles de hectáreas –se habla ya de 50.000–, lejos de amainar, perturbó ayer el despertar de los valencianos capitalinos, que comprobaron como el cielo de la ciudad aparecía cubierto de humo y olor a quemado componiendo un escenario de tristeza y temor a que el fuego pudiera llegar hasta las puertas de Valencia. Lo mismo sucedía en una gran parte de la provincia, entre, aproximadamente, la comarca de La Ribera, al sur de Valencia, y la zona de Sagunto, al norte de la ciudad. Las cenizas han llegado hasta el Cabo de Creus.
La causa, los incendios originados desde la noche del miércoles en la zona de Cortes de Pallés, al que se añadió otro en la comarca de Andilla. Ninguno de los dos pudo controlarse a pesar del extraordinario servicio de extinción puesto en marcha por el Gobierno valenciano, que recibió la asistencia de otras cinco comunidades autónomas, así como miembros de la UME y del Ministerio de Medio Ambiente. Un total de 1.100 efectivos terrestres trabajaban durante la jornada de ayer en la zona de Cortes de Pallés, cuyas llamas afectaban a doce términos municipales, mientras que en el territorio de Andilla laboraban unos 800. Los brigadistas están coordinados con 30 medios aéreos que les ayudan en la extinción. La Guardia Civil detuvo ayer por la tarde a un hombre de 57 como posible autor del incendio de Andilla. Hoy pasará a disposición judicial por un delito de incendio por imprudencia.
La esperanza surgió ayer. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) anunció lluvia. Cayó débilmente en la zona de Andilla. También despejaba el horizonte la posibilidad de que el viento de poniente rolara al de levante. En este marco de optimismo, vecinos de Turís regresaron a sus casas después de dos días de desalojo preventivo. Una de las 900 casas de la urbanización de Altari sufrió importantes destrozos.
Desde el inicio del fuego, las condiciones meteorológicas perjudicaron gravemente las tareas de extinción. El viento de poniente con rachas de hasta 60 kilómetros por hora, el bajo índice de humedad y el calor reinante favorecieron la propagación ante la desesperación de los responsables de controlarlo y del Gobierno, cuyo presidente, Alberto Fabra, el conseller de Gobernación, Serafín Castellano, la delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León, y el titular de la Diputación, Alfonso Rus, permanecen en la zona de la tragedia ecológica.
El conseller de Gobernación informó de que, además, en algunas zonas del incendio los vientos cambiaban siempre en la dirección que más podía favorecer la extensión de las llamas. Asimismo, señaló que el de Andilla, que ya había penetrado en la provincia de Castellón, hacía peligrar el entorno natural de la sierra Calderona. Los efectivos también están tomando muchas precauciones en la zona de Castellón donde la situación se complicó a lo largo de la tarde de ayer por el cambio de dirección del viento que amenaza la Sierra de la Muela.
De ahí que los trabajos estuvieran especialmente centrados en evitar este desastre. Ante este panorama, se optó por la prevención de los núcleos de población. Se desalojaron los municipios de Teresa, Sacayent, Canales, Gátova, Marines Viejo, así como Andilla y las aldeas de Pardanchinos, Oset y Artaj. Respecto al frente de Cortes de Pallés, además de a esta localidad, afectaba a Macastre, Real de Montroi, Dos Aguas, Turís, Tous, Carlet, Catadau, Montroi, Llombai, Alborache y Yátova. En total se han evacuado a 700 personas en Andilla. En la zona de Corte de Pallés han desalojado ha más de 1.800 personas y a los que se suma un herido por una fractura en la pierna. El efecto de estos incendios también se notó en el tráfico por carretera, ya que se cortaron 14 vías de la red secundaria.
El más devastador
Desde el viernes se temía lo peor en cuanto a los efectos que pudieran tener ambos incendios. Antes de declararse el de Andilla, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, afirmó que se trataba del «peor y más devastador fuego de la década en la Comunitat».
En cuanto al origen de los incendios, cabe destacar que los dos fueron provocados de forma involuntaria pero posiblemente por imprudencia humana. El de Cortes de Pallés fue por la chispa provocada por los trabajos de dos empleados en unas placas solares. Los dos fueron puestos a disposición judicial y salieron en libertad provisional el sábado. Respecto al de Andilla, las sospechas se centran en que pudo ser originado por una quema agrícola o por un fuego en una caseta, pero hasta el próximo jueves no se tendrán más datos.
Al margen del desastre valenciano, en Castilla La Mancha se inició un nuevo incendio en el municipio de Hellín que no está controlado.
EN PRIMERA PERSONA
«No queda más monte por quemarse aquí»
Arturo es el sacerdote que dirige la parroquia de la Natividad de Nuestra Señora, en el municipio valenciano de Turís. Él es uno de los muchos vecinos que ha ofrecido su ayuda e incluso su casa para albergar a los más de 300 desalojados de la urbanización Alturi, a las afueras del pueblo. «En mi casa durmieron una familia de lituanos, pero el resto se repartió entre el polideportivo y un centro de día que aún no está inaugurado», explica el párroco. Llegaron jueves por la noche y regresaron a sus casas el viernes después de comer. La Cruz Roja y varios restaurante se volcaron en su ayuda. Les dieron comida, «ayer hicimos una paella», ropa y toallas. «Tuvimos que decir que no trajeran más cosas porque ya sobraban». En la urbanización se ha quemado una casa y en los alrededores los árboles se han calcinado, pero los habitantes de Turís no temían por sus casas: «Nos rodea una zona de huertas que frenaba la entrada del fuego», afirma José Fernández, otro vecino del municipio. «Está todo muy seco, pero en esta zona ya no queda más monte por quemar. Ayer veíamos llamas de más de 30 metros de altura», explica el párroco.
✕
Accede a tu cuenta para comentar