Guardia Civil
Beobide justificó ante ETA las autolesiones
«Vi ante mis ojos la cuarta oportunidad de abrirme la cabeza; había un bidé y, de repente, el guardia estaba despistado. Me golpeé la cabeza contra eso, entonces me di una buena hostia, manché a los guardias de sangre, pero en vano. Me pusieron cuatro grapas y me dijeron que no era grave».El presunto etarra Ibai Beobide mandó a los cabecillas de la banda su «kantada» para explicar lo que había ocurrido a partir del momento de su detención: las veces que se autolesionó para quedarse en el hospital y que los guardias fueran acusados de malos tratos. Confirma lo adelantado por LA RAZÓN en su edición de ayer.En el texto, al que ha tenido acceso este periódico, explica que primero «me golpeé la frente en el suelo. Se pusieron (los guardias) muy nerviosos y me inmovilizaron entre todos (...) me metieron en el Patrol. En ese momento me golpeé con la puerta con la intención de abrirme la cabeza, pero, para mi desgracia, la herida echaba poca sangre». «Viendo lo ocurrido, me inmovilizaron. Le dije a uno que no podía respirar y me subió correctamente el «buff» (prenda de abrigo para el cuello y la cabeza) hasta la zona de la nariz. De allí, me llevaron al hospital».Beobide explicó también que en los traslados se estropeó el vehículo, por lo que hubo que cambiarle a otro. Le llevaron al cuartel de Inchaurrondo, donde le hicieron las fotos policiales y le tomaron las huellas.«El trato fue correcto, exceptuando la violencia de la detención», subrayó.
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