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Cara o cruz

La Razón
La RazónLa Razón

¿Le han enseñado alguna vez que, al tirar la moneda unas cuantas veces, si le van saliendo, digamos, 37 veces seguidas cara, es sumamente improbable que todavía le salga cara una vez más, y que, sin embargo, la probabilidad de que a la tirada siguiente le salga o cruz o cara sigue siendo del 50%, la de siempre? Pues eso debería haberle servido al menos para no creer en las estadísticas tanto como seguramente cree; porque, a ver si no, por qué prestar tanta atención a lo que le cuentan los sociólogos de la enfermedad o los expertos de la economía, que llena al menos la mitad de la información que los medios propinan cada día. ¿Qué saca usted de ahí? Si, por ejemplo, las estadísticas dicen que eso que llaman cáncer es cosa del 20% de la población, y los casos en su pueblo han pasado ya de eso, entonces, ¿qué?: ¿será menos probable o será más que a usted le toque la china? O, si le brindan un 42% de desempleo como síntoma de la (mala) salud de la economía nacional, ¿qué le pasa con eso?: ¿se apena porque cree que es verdad que está empeorando la economía, que, aunque usted no sepa qué diablos es, teme que le acabe produciendo quebrantos?, ¿o se alegra, más astutamente, calculando que con eso la curva del empleo ha llegado a un tope de descenso, tras el cual ha de volver, como siempre, a enderezarse?

Un juego de dos tirempos

No es cosa de pararse aquí a desmontar la trampa: bástele con barruntar que se está jugando con dos tiempos: uno, el que está pasando ahora, que no es ninguno, porque es sólo ahora, y donde voy yo, que no soy nadie, porque no soy más que yo, y con eso no se pueden hacer estadísticas ni cuentas; el otro, el de los relojes y calendarios, es en realidad una raya, trazada desde el Fin, donde escribir cuantas cuentas el Capital o Estado necesite. Así juegan con uno los Poderes: unas veces lo toman como uno de tantos Y otras veces como uno suelto que puede hacer cara o cruz a su capricho. Ya está bien de mentiras O ¿va a dejar usted que unos señores que se sustentan de su credulidad o fe sigan gobernándole la vida?