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Ser feliz también es posible en tiempos de crisis

Ser feliz, o por lo menos alcanzar la serenidad necesaria para conseguirlo, también es posible en tiempos de crisis y a pesar de que se haya perdido el trabajo, pero para ello la persona tiene que abandonar toda tendencia a culpar al entorno de lo que le ocurre.

Y no es porque esa persona no tenga razones para hacerlo, sino porque ese estado emocional puede dañar su salud y producir cambios profundos en su organismo que podrían cerrarle las puertas en la búsqueda de nuevas oportunidades. De la felicidad y de estos conceptos que ayudan a avanzar en un estado emocional saludable ha hablado hoy Mario Alonso Puig, médico especialista en cirugía y experto en psicología positiva en la Universidad de Harvard.


Lo ha hecho en la presentación del II Congreso Internacional sobre la Felicidad, que se celebrará entre el 9 y 10 de abril bajo el título "La felicidad es más si se comparte". En el congreso, organizado por el Instituto Coca-Cola de la Felicidad, participarán personalidades como el psiquiatra Luis Rojas Marcos; el entrenador de la selección española, Vicente del Bosque; el doctor en Biológicas Juan Luis Arsuaga; el catedrático de psicopatología, Carmelo Vázquez o el director de la Organización Nacional de Trasplantes, Rafael Matesanz.


Además, también se podrán escuchar testimonios personales como el de sor Lucía Caram, una monja del convento Santa Clara de Manresa, galardonada con el premio Juan XXIII por la Paz ó el fundador de la ONG "Sonrisas de Bombay", Jaume Sanllorente. Todos ellos hablarán de la felicidad en estos difíciles momentos en los que, según ha recordado Puig, se debe tener claro que no tener un trabajo no te anula la personalidad o que la importancia de un ser humano no está en el tener sino en el nivel del ser.


Si uno piensa lo contrario y se queda en paro tendrá que recuperar algo que habrá perdido, el sentido de la dignidad y la autoestima. Además, si esa persona va a buscar un nuevo trabajo y se siente "humillada, empequeñecida y robada de su dignidad"por haber perdido el anterior, según el especialista, "lejos de favorecer a que se lo den, está invitando a lo contrario".


Por eso hay que recuperar esa sensación que nunca se tenía que haber perdido, la de la dignidad, pero además se debe dejar de culpar al entorno de lo que a uno le está pasando para abandonar el papel de víctima, que siempre espera a "un salvador"que no existe.
"Cada uno de nosotros somos nuestro propio salvador", según Puig, quien ha recomendado a las personas que se encuentren en esa situación a "atreverse a buscar y explorar en campos profesionales dónde nunca había buscado"y a reinventarse.


Pero ¿esto le va a dar la seguridad de recuperar un trabajo o encontrar otro? Puig responde taxativamente: "solo hay una seguridad, que nos moriremos un día". Estas premisas aumentarán las opciones para que lo pueda conseguir o para sentir emociones conectadas a la felicidad, como la alegría, el gozo o su máximo grado, el éxtasis. Y las emociones tienen un "impacto enorme en la salud".


Los estados emocionales, según ha explicado este experto en la felicidad, se asocian a cambios en el cuerpo, relacionados con las llamadas 'moléculas de las emociones', que se acoplan a las células. "Si solo hablamos de lo mal que está todo -ha comentado-, nuestro estado de ánimo, será tan bajo que, aunque por naturaleza tengamos capacidad para hacer frente a ese desafío, "no seremos capaces de hacerlo porque nos bloquearemos".