Castilla y León

OPINIÓN: A Eduardo Margareto

La Razón
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Los seres humanos no podemos ver las cosas tal como son porque las vemosmirándolas y mirar es inquietar. Nada está ahí quieto, tal como es, sino, másbien, inquieto.
Vida es inquietud y tú, que eres un gran profesional de lamirada por tu condición de fotógrafo, sabes muy bien que buena fotografía esla que despierta inquietud. Mala, en cambio, la que nos deja indiferentes. Noporque lo mirado sea indiferente, que no lo es nunca, sino porque nuestramirada puede serlo. Mirada indiferente es aquella que lanza a todo lo que vesu propia indiferencia, la de quien ve el mundo como un gran vacío lleno desombras porque no hay nada en el mundo que no dé sombra.
Es fácil haceruna mala fotografía de la realidad porque basta para ello con lanzar fuera loque uno lleva dentro y, si hay algo que todos llevamos dentro, es nuestrapropia tiniebla. Y, si hay algo que todos podemos ver fuera, es la sombra quetodas las cosas dan indefectiblemente. Por eso, dado lo fácilmente que sepuede oscurecer nuestra mirada, creo que todos deberíamos cuidar la dequien mira por vocación, como tú. Todos vemos el mundo cada día por losojos del fotoperiodista, del que ha dejado su mirada en la imagen que vemosen el periódico o en la tele. Conscientes de que esa mirada es una miradahumana como la nuestra, deberíamos preguntarnos si miramos al que nosofrece su propia mirada: ¿quién fotografía al fotógrafo?
Éste ha sido mi intento,querido Eduardo, al tratar de mirar el secreto de tu vocación y expresar conpalabras lo que veo. Que la mirada del amor nos una a quienes miramos elmundo y a quienes, como tú, nos brindáis una mirada.