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Dimisión por Iñaki Zaragüeta
Y uno se pregunta ¿para qué sirve el Banco de España?. Si la entidad máxima responsable de controlar el sistema financiero español no cumple con su obligación, hay que tomar medidas contra sus responsables o decretar su desaparición.
¿Cómo es posible que la entidad gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, después de realizar un estudio exhaustivo sobre la situación de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, dictaminara que su deuda es de 5.500 millones de euros y, sin embargo, cuando el Banco de Sabadell compra, descubre que la cifra está entre 15.000 y 20.000 millones de euros? Alguien tiene que pagar semejante error.
Sólo caben dos razonamientos. O el Banco emisor ha mentido, o ha realizado su trabajo de forma irresponsable. Cualquiera de los dos supuestos merece un castigo ejemplar, el cese o la destitución. Con tales disparates ¿cómo van a tener confianza en nosotros desde fuera? ¿quién se va a fiar de España?
Fernández Ordóñez tiene la obligación de pedir responsabilidades a quienes han perpetrado semejante barbaridad. Y, después, dimitir. Así es la vida.
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