Bankia

ANÁLISIS: Qué nos cuesta la reforma bancaria por José Ramón Pin Arboledas

La Razón
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- ¿Se utilizará dinero público para sanear la Banca?
Sí. El Consejo de Ministros del viernes autorizó 15.000 millones de euros más para sanear la banca española. Es dinero público, que se prestará al 10% a los bancos que lo necesiten, no figurará en los Presupuestos como gasto sino como un préstamo, y contablemente no aumentará el déficit de las Administraciones. El Estado lo recaudará de los mercados, que ahora exigen sobre el 6% de interés. Por tanto, en teoría, si se recuperasen los préstamos en el futuro, tendría un margen positivo de 4 puntos de interés aproximadamente.

- ¿Entonces no costará dinero al contribuyente español?
Depende. Tendríamos un beneficio por la operación de préstamo, si se recuperasen los créditos porque será una inversión rentable con un diferencial de interés; por el contrario, al aumentar la deuda española, los inversores verán más riesgo y la prima de riesgo subirá. Es decir, pagaremos más por la deuda que sirve para financiar Sanidad, Educación y otros servicios, y nos bajará el beneficio diferencial que puede obtenerse de la deuda que el Estado aporte a los Bancos.
En consecuencia, su coste (o posible beneficio) dependerá de si el diferencial de interés obtenido por préstamos a los bancos compensa al aumento de los intereses para financiar el resto de gastos públicos o no; cálculo que ahora es difícil e incierto. En principio, nos costará algo, pero no tanto como los alarmistas quieren hacer ver. Al final, tendremos que pagar ese sobrecoste con más impuestos o menos servicios públicos.

- Entonces, ¿esta operación agravará el déficit y exigirá más recortes en servicios públicos?
Si, al menos algo, pero no hacerla hubiera sido peor. Si no se sanea la banca, no habrá crédito, no se estimulará la economía, eso reduciría los impuestos que financian los servicios públicos, aumentaría aún más la prima de riesgo, crecería el déficit… todo en un círculo vicioso que nos llevaría al desastre. Es, técnicamente, un riesgo sistémico que amenazaría a todo.

- Por tanto, ¿cree que la operación mejorará la circulación del crédito?
A corto plazo, mientras se reestructura la banca, muy poco. Pero si no se realiza la operación, el crédito seguirá estancado por mucho, mucho, mucho tiempo… Se necesitaba reestructurar y hacer transparentes los riesgos bancarios; conseguir que los activos tóxicos, pisos y solares se segregasen a su precio real de mercado en inmobiliarias o bancos malos, aunque ellos supusiesen que los bancos anotasen pérdidas contables. Pérdidas que serán saneadas con provisiones y fondos públicos.

- En consecuencia ¿podremos comprar esos inmuebles a su precio real, más baratos que ahora?
Un banquero vende por encima del valor contable. Si éste baja, los precios lo harán también. Pero dependerá de las inmobiliarias o «bancos malos» que los tengan. Si quieren liquidar su patrimonio con rapidez para sanearse, ofrecerán inmuebles baratos. Si prefieren mantenerlos para ver si recuperan valor en el futuro, los sacarán del mercado. En principio, se puede aventurar que esos inmuebles bajarán de precio, pero no tanto como algunos esperan. Además, dependerá de la situación. En el centro de las grandes capitales, será difícil comprar barato; en las costas, los precios bajarán bastante.

- ¿Los clientes que han depositado su dinero en los bancos que se acojan a esos fondos públicos tienen seguros sus ahorros?
Los españoles tenemos asegurado hasta 100.000 euros por el Fondo de Garantía de Depósitos. Además, los bancos que entren bajo la tutela del Estado tienen menos riesgo. En ese sentido, se puede estar más tranquilo porque se sabrá su solvencia de verdad, lo que antes era un misterio. El Consejo de Ministros ha aprobado que auditorías independientes analicen las cuentas de los bancos. El riesgo por dejar dinero en el banco será el que se corre normalmente en cualquier banca del mundo.

- ¿Qué hacer con los gestores responsables de este desastre?
Como en una operación reciente, deberían abandonar las entidades financieras. Luego hay que analizar su administración e impulsar, o no, las acciones legales que se deduzcan de ese análisis. Serían medidas ejemplarizantes. En ese sentido la cúpula del Banco de España, que no ha ejercido de manera diligente su función inspectora y reguladora, debería responder por ello.

José Ramón Pin Arboledas
Profesor del IESE