Londres
Ferrer se ahoga en la orilla
Desperdicia una bola para ponerse dos sets a cero y cae ante Murray, que jugará con Tsonga una semifinal. La otra, Djokovic-Federer
Murray se golpeaba la cabeza con la mano, gritaba a los cuatro vientos o se desmontaba sobre la hierba del All England Club después de estrellar un nuevo revés contra la red. Maldecía porque delante tenía a un hombre inquebrantable, con piernas de fondista y un tenis cada vez más afilado. David Ferrer fue una pesadilla para el ídolo local, a merced de su rival durante muchos momentos, presionado por todo un país que tiene detrás (76 años sin un campeón británico en Wimbledon), pero con la moral suficiente para sufrir y remontar un partido que tuvo negro. Ferrer se lo pintó así, pero le faltó serenidad en los momentos decisivos, sobre todo en el segundo set, que tuvo muy a su favor, con un «break» y una pelota para llevárselo. Los desaprovechó y por ahí empezó a marchársele también el partido. «Ese punto ha llegado cuando estaba un poco cansado y no me he parado», analizó en frío el alicantino.
Ferrer se quedó en el camino, pero nadie podrá decir que es un tenista sólo con buen físico. Sigue reinventándose con 30 años (eran sus primeros cuartos en Londres) y es capaz de sacar una dejada por aquí, convertir el servicio en un arma durante el torneo o la red en un lugar común, aunque no fuera un partido de excesivas subidas. La hierba indicaba que era Wimbledon, pero los largos intercambios podían hacer pensar que se trataba de Roland Garros. El tenis ha cambiado. Antes, en las rondas finales, la zonas de pasto desgastadas, las «calvas», estaban cerca de la red. Ahora clarea por la línea de fondo. Y en ella David Ferrer sabe moverse. Fue un encuentro de puro desgaste que rondó las cuatro horas. Durante los dos primeros sets la derecha de «Ferru» reinó en el partido y con cambios de altura y ángulos a uno y otro lado obligaba a Andy a equivocarse. El británico dejaba en la red las pelotas. David jugó perfecto con el resultado empatado o en desventaja, para salvar bolas de rotura. Sólo dudó cuando lo tenía a favor. En el primer set desaprovechó un «break» (ganaba 5-4 y tenía saque), pero solventó su error en un intenso «tie break». La misma situación se vivió en el segundo parcial, pero con distinto desenlace. Otra vez tenía «Ferru» su servicio para cerrarlo (otro 5-4) y, acelerado, hizo posiblemente el peor juego del partido. Después llegó esa maldita pelota de set que se le escapó en la muerte súbita. Demasiadas concesiones ante un rival que se hubiera hundido de haberse visto dos sets a cero.
El encuentro cambió entonces de velocidad. Los puntos se acortaron y los servicios se imponían, aunque Ferrer tuvo dos opciones más de ruptura que no convirtió. Murray sí acertó con la suya y después lo remató con un saque en blanco. No dudó donde «Ferru» sí lo había hecho en los dos sets anteriores. En total, el español tuvo doce opciones de «break» y sólo sumó dos a su favor. En esos detalles se decidió el duelo, que estuvo 20 minutos parado por la lluvia, como antesala del último «tie break». Fue el último porque Murray tuvo mano firme con tres saques directos. El público estalló: Andy jugará las semifinales contra Tsonga. Sobrevivió a Ferrer, al que alabó después: «A David no se le brinda siempre el respeto que merece. Sabía que iba a ser muy difícil».
La otra «semi» la jugarán Djokovic y Federer, en un partido que puede decidir el número uno.
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