Crisis económica
La atención de Cáritas crece un 174% durante la crisis
Más de un millón de personas han recibido ayuda de la organización benéfica. Alimentos, vivienda y empleo, lo más demandado
MADRID- Pocos son los que escapan a la crisis económica que atraviesa España en los últimos años, si bien existen diferencias sustanciales en el grado de incidencia que tiene la recesión sobre unos y otros. Evidentemente, no es lo mismo la situación de aquellas familias que tienen que apretarse el cinturón para llegar a fin de mes, que la de quienes se ven forzados a pedir ayuda para poder subsistir. Éste es el caso de las 1.015.276 personas que el pasado año fueron atendidas por los servicios de acogida y asistencia de Cáritas, lo que supone un triste récord para la organización.
Desde el comienzo de la crisis, en 2007, los atendidos casi se han triplicado, lo que ha provocado una «incapacidad de asumir más demandas», según se refleja en el séptimo informe del Observatorio de la Realidad Social, presentado ayer por el secretario general de la organización, Sebastián Mora. En sólo cinco años, las ayudas se han disparado un 174 por ciento, por lo que los recursos «empiezan a estar al límite. No podemos, ni debemos, ni queremos atender a todo el mundo. No es bueno que hagamos el trabajo del Estado», dijo Mora.
Así, en 2011 cada persona atendida por Cáritas solicitó ayuda una media de 2,7 veces. Las causas principales que condujeron a esta situación fueron el paro prolongado tras un proceso sostenido de destrucción de empleo, la reducción y el agotamiento de las ayudas del sistema de protección social público, y la falta de liquidez de las familias. Para Cáritas, estos graves problemas responden no a una situación coyuntural, sino de carácter estructural.
Más gasto que nunca
Respecto a las ayudas económicas, la mayor parte –tres de cada cuatro– van destinadas a familias, mientras que una cuarta parte son para personas que viven solas. Las necesidades de alimentación son las más demandadas, pues suponen dos de cada tres ayudas económicas. El resto de respuestas a peticiones de ayuda corresponden principalmente a vivienda, ropa y calzado, y empleo. La cuantía de estas ayudas también alcanzó su máximo histórico en 2011, cuando la institución solidaria gastó casi 33 millones de euros en este concepto, lo que supone más del doble que el gasto antes de la irrupción de la crisis.
Pero la labor de Cáritas no queda exclusivamente en el ámbito económico. La organización ha detectado que existe una amplia demanda de necesidades relacionadas con el aspecto psicológico de las personas. De esta forma, la necesidad de escucha es la más extendida, seguida del acompañamiento de personas aisladas y de la mediación en situaciones conflictivas –en la familia, en el trabajo o con los bancos–. Además, se han identificado necesidades de «crecimiento personal», es decir, relacionadas con las emociones, la autoestima o la búsqueda de un horizonte vital.
Por todo esto, desde Cáritas alertan de una «cronificación» de la pobreza, que sigue teniendo fundamentalmente rostro de mujer. De hecho, el 44 por ciento de las personas acogidas lleva tres o más años pidiendo ayuda. La mitad de los atendidos son inmigrantes –130.000 son irregulares–, y un tercio del total no cuenta con ningún ingreso. Para sobrevivir, las estrategias pasan por buscar el apoyo familiar, recurrir a las organizaciones sociales e incluso buscar trabajo en la economía sumergida.
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