Macroeconomía
El análisis Mal momento
Una cosa es que nos parezca razonable que el BCE intente anclar las expectativas de inflación de los agentes económicos –y evitar efectos de segunda vuelta con una retórica «vigilante»– y otra bien distinta es que en estos momentos sea necesario acometer una nueva subida de tipos.
Seguimos pensando que la presión en los núcleos subyacentes de precios va a seguir siendo limitada, sobre todo cuando las tasas de desocupación se encuentran en niveles altos y la probabilidad de efectos de segunda ronda es mínima por los reducidos niveles de crecimiento del crédito al sector privado, el efecto amortiguador de la apreciación del euro sobre los precios de importación, la estabilidad de los costes laborales unitarios, el exceso de capacidad productiva en sectores de actividad claves y el mantenimiento –exceptuando casos como el de Alemania– de la tasa de paro en cotas elevadas en muchos países, con un mar de fondo en Europa de crisis soberana que provoca divergencias sensibles en la velocidad de recuperación de los Estados miembros y tiene interconexión con la posición de balance del sistema bancario.
¿La de julio será la última subida del año o se espera alguna más?
– En un contexto de ajuste fiscal muy exigente y previendo un escenario de crecimiento del PIB de «más a menos» en el conjunto de la región para el año 2011, pensamos que el Banco Central Europeo no debería tensar más la cuerda monetaria en lo que resta del ejercicio.
¿Qué supone para España la próxima subida con el crecimiento del PIB aún muy flojo?
– No será bienvenida en un contexto caracterizado por un fuerte ajuste de balances en el sector privado, un profundo proceso de consolidación fiscal en el segundo semestre y tensiones recurrentes en los mercados financieros internacionales que encarecen, e incluso limitan, la disponibilidad de recursos para algunos agentes.
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