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Carmen Serrat-Varela: «El dolor puede ser el inicio de la felicidad»
-¿De verdad queremos ser felices?, porque a veces nos boicoteamos...-Por supuesto que el ser humano busca la felicidad. Lo que ocurre es que la sociedad nos enseña caminos para llegar a ella que son erróneos como el éxito, el dinero... -Entonces, ¿dónde estaría?-En el placer, por ejemplo. Es una necesidad biológica que nos hace ser felices, aunque de manera efímera. -¿Y la felicidad que perdura, dónde la encontramos?-Cuando nos implicamos con alguna causa o con alguien. Te hacen feliz porque trasciendes de ti mismo, da sentido a tu vida y se llega a la paz interior.-¡Qué difícil! -Sí, pero es un proceso apasionante. Tenga en cuenta de que no hay aventura más excitante y gratificante que conocerse a uno mismo. -Creo que nuestra infelicidad es porque no nos queremos nada.-Seguro, aunque depende de la educación. Hay padres que no enseñan a sus hijos a quererse bien. -Deme alguna pista...-No hay que consentirles todo, al revés: hay que fortalecerles en la autodisciplina, el esfuerzo, y, sobre todo, hay que educarles para que sepan cómo tienen que tratarse para evitar que sean autodestructivos. -¿Por qué el dolor es un tabú en nuestra sociedad?-Es inevitable no sufrir, pero no lo asumimos. El dolor puede ser el principio de la felicidad. No olvide que la frustración es el músculo de la tolerancia. -¿Es conveniente pasar una ITV sobre nuestros niveles de calidad?-Eso entra dentro del ámbito privado de cada cual. Pero sí que es cierto que el cuerpo y la mente son muy listos y te envían mensajes que denotan si la felicidad está bajo mínimos. -¿Por ejemplo?-La resistencia a resolver los problemas o dificultades, que incluso pueden ser irreales, pero para una persona infeliz lo son. -Con la crisis es inevitable caer en el pesimismo...-O nos hacen caer. La verdad es que los políticos no ayudan mucho con sus mensajes contradictorios, la crispación, el enfrentamiento. -¿Y si se les enseña a ser felices?-La verdad es que no se ayudan nada para lograr su felicidad. Están en el camino equivocado: en vez de la flexibilidad, optan por ser rígidos; además, lo polarizan todo: han creado una importante brecha, unos son los buenos y los otros, los malos. Hay que ser realistas, sí, pero ahora mismo tienen el optimismo por los suelos.
Con firma propiaProfesión: Psicóloga clínica.Nació: en 1948, en Madrid.Por qué está aquí: presenta el libro «Tú puedes aprender a ser feliz» (Editorial Aguilar)
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