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Receptores de millonarias subvenciones en formación al servicio de los laboristas

Reino Unido: Los sindicatos británicos se movilizarán contra Cameron

La Razón
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LONDRES- Los sindicatos en Reino Unido gozan de bastante poder. En el Partido Laborista, al que destinan generosas donaciones, tienen incluso voz y voto a la hora de elegir a su líder. De hecho, fue básicamente su apoyo lo que permitió a Ed Miliband vencer en 2010 a su hermano, David, favorito en las encuestas.
Con todo, el líder laborista no les está apoyando en las huelgas que tienen planeadas para protestar contra los recortes de David Cameron. En julio, el «premier» tuvo que enfrentarse a la primera movilización. Uno de cada cinco funcionarios del país, aproximadamente un total de 600.000, la mayoría de ellos profesores, salieron a la calle para protestar contra la reforma de las pensiones para vincular su aumento al IPC en lugar de al RPI.
Hicieron mucho ruido y paralizaron el funcionamiento de gran parte de las escuelas del país, pero el líder conservador salió reforzado. El triunfo radicó en un cúmulo de factores que, sin proponérselo, jugaron a su favor. El principal, sin duda, la descoordinación de los sindicatos. Los cuatro convocantes de la huelga –el sindicato Nacional de Profesores, la Asociación de Profesores y Académicos, el sindicato de Universidad y Facultades y el Sindicato de Servicios Públicos– actuaron por su cuenta, mientras que el principal de los funcionarios, el Unison, aún continuaba negociando.
Tras los recortes anunciados por el Gobierno de Cameron –los más draconianos desde la II Guerra Mundial– se congelaron los sueldos a los funcionarios como mal menor de un proceso de ajuste que acabará con más de 300.000 empleos. Los límites en las pagas han permitido reducir el medio millón de bajas inicialmente estipulado.
Con respecto a las negociaciones con la patronal, los sindicatos también son una ficha clave en el tablero. En Reino Unido, el proceso para elaborar los convenios es distinto. Existe un diálogo constante a lo largo de todo el año y se hacen distintas reuniones con los diferentes sectores privados, y al igual que en España, el Ejecutivo se suele mantener al margen. La palabra la toman representantes de los trabajadores y los empresarios, y sólo en momentos de crisis el Gobierno actúa como árbitro.
En cuanto a términos de financiación, es muy similar a la situación española. En teoría, los sindicatos no reciben dinero, pero en la práctica, sí. Principalmente, por dos vías. La primera, el salario que siguen recibiendo los representantes sindicales durante las horas libres en las que no desempeñan su trabajo, sino que se dedican a actividades sindicales. La segunda, a través de subvenciones para formación.
Según los sindicatos, la cifra que reciben es ridícula en comparación con la que aportan sus miembros, principal fuente de financiación. Sin embargo, según el último informe publicado por la Alianza de los Contribuyentes (TPA), grupo de presión de los empleadores del sector público, el montante total que llegó a los sindicatos por parte de los contribuyentes el año pasado asciende a los 113 millones de libras. El estudio estima que el tiempo libre remunerado se podría equiparar al salario de 2.840 empleados a jornada completo, es decir, 80 millones de libras, o lo que es lo mismo, el 0,14% del proyecto de ley anual de las retribuciones del sector público. Además, según TPA, las organizaciones del sector público recibieron casi 33 millones de libras para formación.