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Condenado por asesinar a Pagaza absuelto de pertenecer a ETA
MADRID- La Audiencia Nacional ha condenado a Gurutz Agirresarobe a 32 años de prisión como autor del asesinato del jefe de la Policía Municipal de Andoain (Guipúzcoa) Joseba Pagazaurtundua en febrero de 2003. No obstante, y pese a dar por probado que «ideó el plan para acabar con la vida» del sargento «siguiendo instrucciones de la banda», el tribunal –presidido por el magistrado Alfonso Guevara– le ha absuelto del delito de pertenencia a ETA.
Y es que para la Sala esa acusación de integración en organización terrorista está «huérfana de prueba» puesto que «no hay datos que permitan ubicarlo en un "comando", talde o cualquier otra agrupación» de la banda criminal, que reivindicó el atentado mortal mediante un comunicado publicado el 19 de marzo de ese año en las ediciones impresas de Gara, Deia y Diario Vasco.
Para los magistrados, el único indicio de la pertenencia a ETA de Agirresarobe (para quien la Fiscalía pedía 48 años de cárcel) es un informe policial que consideran insuficiente para probar que se produjo «una comunión estable» entre el acusado y la banda terrorista antes de agosto de 2010, cuando fue detenido el condenado.
Uno de los indicios esgrimidos en el informe es que su compañera Aitziber Ezkerra declaró tras la detención de ambos que Gurutz le confesó «que había pertenecido a un grupo que había acabado mal porque "ellos"querían trabajar de forma independiente» y ETA les conminaba a irse de «liberados», a lo que se negaron, por lo que» acabaron mal con la organización». Para el tribunal, este testimonio, lejos de probar su inclusión en la estructura de ETA, a la que «resulta ajeno», indica su «desagregación» de la banda.
«Vinculación tenue»
Del mismo modo, el tribunal considera «una vinculación tenue» que el dinero intervenido a Agirresarobe en su domicilio procediese de las recaudaciones realizadas en una caseta de fiestas (txozna) «obtenidas como ayuda a los presos».
Pero la coincidencia de los restos de ADN hallados en la taza de café que pidió el terrorista en el bar donde asesinó al agente, así como la declaración de tres testigos protegidos que presenciaron el crimen sí han servido al tribunal para apuntalar la condena. Los magistrados no tienen dudas de que Agirresarobe disparó cuatro proyectiles a bocajarro contra un indefenso Pagaza, para después salir huyendo «golpeando los taburetes».
La Sala condena al procesado a indemnizar con 400.000 euros a la viuda del agente y con 200.000 más a cada uno de sus dos hijos. Además, le prohíbe residir en San Sebastián y aproximarse a menos de 50 kilómetros de la familia de Pagaza durante diez años tras el cumplimiento de la pena.
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