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Un cuento de hadas con final dudoso
Urdangarín, de yerno perfecto a presunto malversador de millones de euros
La Infanta Cristina conoció en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996 a un joven deportista de éxito. Vasco, rubio, alto, guapo, con los ojos azules y a una asignatura de ser licenciado en Ciencias Empresariales. Un año después se casaron y el matrimonio tuvo cuatro preciosos hijos, tres varones y una chica. Para completar esa imagen de cuento de hadas, la familia vivía en un palacete en la zona alta de la Ciudad Condal, en el elitista barrio de Pedralbes, valorado en ocho millones de euros. Una cantidad aparentemente inaccesible para una joven pareja a la que no se le conocían ingresos extraordinarios. Ella trabajaba en La Caixa y él, primero, como balonmanista y, más tarde, en una empresa; al tiempo que ejercía como vicepresidente del Comité Olímpico Español.
El cambio de milenio le pilló a Urdangarín con 32 años y decidió variar el rumbo de su vida. Anunció su retirada del balonmano y debió pensar que dedicarse a los negocios era una buena idea. Cuatro años más tarde, el yerno ideal, el que toda suegra quisiera tener, empezó a actuar «de manera poco ejemplar», por utilizar las palabras usadas por la Casa Real para referirse al comportamiento de Iñaki UrdangarÍn en sus negocos. Y es que en el año 2004 creó junto a su socio Diego Torres el Instituto Nóos, una entidad sin ánimo de lucro, con la que, sin embargo, pudo haberse lucrado hasta hacerse con un patrimonio de 11 millones de euros, según el Juez instructor del caso, José Castro. Es decir, existen indicios de que pudo haber malversado fondos públicos y elaborado documentos falsos, por lo que la Fiscalía Anticorrupción acusa a Urdangarín de apropiarse de dinero público y privado conseguido mediante la empresa de patrocinio y mecenazgo para enriquecerse personalmente, así como de crear un entramado societario para camuflar el dinero. Al parecer, el primer «pelotazo» lo dio en Baleares, siendo presidente Jaume Matas, al que le sacó 2,3 millones de euros para crear el Forum Illes Balears. En 2006, por consejo de su suegro, dejó atrás la vida de presunto crápula y abandonó el cargo de presidente en Nóos.
Sin embargo, delegó en su amigo y supuesto testaferro, Mario Sorribás, la gestión y el desvío del dinero a través de una maraña societaria.
En 2009, la familia al completo se traslada a Washington pues, las presuntas chapuzas están a punto de aflorar y es mejor estar lejos en caso de que estallen y trabajando como alto ejecutivo para una multinacional española (Telefónica). Esto no ha sido obstáculo para que el juez le cite el 6 de febrero en calidad de imputado.
La intranquilizadora noticia la recibió en Estados Unidos donde habrá pasado las Navidades más tristes de su vida y donde, probablemente, el 15 de enero, celebrará el peor cumpleaños de toda su vida.
El hermoso príncipe está a punto de convertirse en sapo pues, por el momento, ya ha sido apartado de las actividades de la Casa Real, cuyo portavoz se apresuró a manifestar «el absoluto respeto» de Su Majestad «a las decisiones judiciales».
En cualquier caso, el auto también puede ser la oportunidad para que Urdangarín pueda finalmente demostrar su inocencia y vuelva a convertirse en Príncipe. Pero existen serias dudas al respecto.
La lupa
El «no duque», sin asignación
Iñaki Urdangarín no es duque de Palma. Este error se debe a que su esposa, la Infanta Cristina, sí es duquesa de Palma y en su uso social sería duque consorte. Pero ni la hija de los Reyes tiene el título en propiedad, puesto que cuando se casaron su padre le concedió el «uso», no la propiedad, del ducado. Urdangarín, por su parte, ha participado en los últimos tres años en 18 actos: siete en 2009, cinco en 2010 y seis en 2011, siempre acompañando a su mujer o en los que participaba la Familia Real al completo. De las cuentas de la Casa del Rey, según aclaró Zarzuela el miércoles, Urdangarín no ha recibido nunca asignación alguna.
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