Víctor Ullate busca inspiración en la locura

BARCELONA- Las instituciones psiquiátricas y la locura han sido motor y sustento de todas las disciplinas artísticas. En literatura, el centro de internamiento ha tenido grandes obras como «Alguién voló sobre el nido del cuco», de Ken Kersey; «Suave es la noche», de Francis Scott Fitzgerald, o el cuento de Edgar Allan Poe «El sistema del doctor Tarr y el profesor Fether». En el cine, podemos ver desde «Corredor sin retorno», de Samuel Fuller a «Inocencia interrumpida», de James Mangold. En el teatro, «De repente, el último verano», de Tennesse Williams. En música, sólo hay que pensar en Syd Barret o Daniel Johnson. Sin embargo, la danza contemporánea nunca se había atrevido a adentrarse en un territorio tan complejo. Al menos, hasta ahora.
Coreografía contemporánea
El coreógrafo Víctor Ullate presenta mañana, en el Festival de Peralada, el espectáculo «Wonderland», en que sumerge al público dentro de un centro psiquiátrico en el que los bailarines son pacientes, cada uno con su propia particularidad. «Creo que la mente humana es uno de los misterios más enigmáticos y que más tardaremos en comprender. He querido plasmar la cara positiva de este mundo desconocido», afirma el coreógrafo.
La obra tiene tintes personales, ya que está inspirado en su hermana y la relación que ha mantenido con ella. «Tenía ganas de explicar algo que he vivido muy de cerca. De pequeño iba a visitar a mi hermana, y siempre volvía llorando», asegura Ullate. Con delicadeza y sensibilidad, el coreógrafo mueve a los bailarines bajo la hipnótica música de Philip Glass, hasta que la individualidad de cada uno de los personajes se va imponiendo y aceptando su particular mundo feliz.
En esta ocasión, Ullate se aleja de los cánones del ballet neoclásico y apuesta por la libertad de la danza contemporánea, en el que el cuerpo sirve como arabesco o caligrafía de los personajes. «En "Wonderland"no veremos nada de espaldas rectas y piernas estiradas. Todo aquello que en danza clásica es antiestético, en "Wonderland"es bello», asegura el coreógrafo.
Los bailarines, así,son más actores que nunca, en una puesta en escena muy exigente y que necesita de la implicación total de los bailarines. «Hacía muchos años que no veníamos a Peralada y teníamos muchas ganas, sobre todo con este montaje», dice Ullate.