Ministerio de Justicia

El Constitucional estalla por la renuncia de tres jueces

La Justicia atraviesa una crisis como pocas veces se ha visto en su historia.

El presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala
El presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Salalarazon

Primero fue la renovación de los cuatro magistrados del Tribunal Constitucional, cuya designación correspondía al Senado, con más de tres años de retraso; la pasada semana, el conflicto institucional entre Fiscalía General del Estado y Consejo General del Poder Judicial –en el que el departamento de Pumpido acusó al CGPJ de invadir competencias que corresponden en exclusiva al Poder Legislativo– y con el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, asegurando que se enteró «de tapadillo» de esas enmiendas; y ahora, para terminar de cerrar el círculo, la renuncia del vicepresidente del TC, Eugeni Gay, y de los magistrados Elisa Pérez Vera y Javier Delgado, en una iniciativa sin precedentes desde su constitución que sume a esta institución en una crisis tan profunda como desconocida desde que en febrero de 1980 se designasen sus doce primeros magistrados.

El presidente del TC, Pascual Sala, a quien la petición no le pilló de sorpresa –le fue comunicada por los interesados en el pleno del pasado día 7– rechazó en pocas horas la renuncia presentada por Eugeni Gay, Elisa Pérez Vera y Javier Delgado.

La decisión de esos tres magistrados se produjo apenas dos días después de la constitución de los nuevos ayuntamientos, y donde los dos primeros de esos magistrados han estado en el ojo del huracán desde que revocaron la sentencia del Tribunal Supremo y permitieron que Bildu estuviera en las elecciones del 22-M y, consecuencia de ello, que vaya a gobernar en un centenar de ayuntamientos vascos y navarros y tenga a su disposición más de mil millones de euros para gestionar.


Forzar la renovación
El motivo que esgrimían en sus cartas de renuncia coincidía en los tres casos, y no era otro que el mandato para el que fueron designados ha expirado con creces, en concreto el pasado 6 de noviembre, hace ya más de siete meses. Y, a la vez, supone un llamamiento a los principales partidos, PSOE y PP, para que cumplan con su obligación constitucional de renovar esas plazas, porque, como destaca Javier Delgado en su escrito de renuncia, «las cosas salen mejor cuando se cumple la Constitución y salen peor cuando no se cumplen».

Sin embargo, a nadie escapa que las duras críticas recibidas por la sentencia de Bildu han podido pesar también en el ánimo a la hora de pedir a Pascual Sala que les deje abandonar el TC de forma inmediata y sin esperar a la renovación que debe acometer el Congreso, en la que está también pendiente la vacante producida por la muerte, hace tres años, de Roberto García Calvo.

La carta más dura era la del vicepresidente, Eugeni Gay, quien considera que la actual composición del TC no debería de haber resuelto temas «sobre los que debíamos deliberar y fallar», entre los que se encontraba el de Bildu, aunque no cita ninguno de forma expresa. Y ello para garantizar el estricto y escrupuloso cumplimiento del respeto al principio del juez predeterminado por la ley. «Lamentablemente, no legó a hacerse, por lo que en numerosas ocasiones me oísteis decir –dirigiéndose a Pascual Sala– que tenía la sensación de formar parte de un tribunal secuestrado».


SUS ARGUMENTOS
Eugeni Gay: «En un tribunal secuestrado»

«Tú sabes cuántas veces, de manera infructuosa, insistí en la necesidad de dirigirnos al presidente del Senado y a los responsables de los partidos políticos mayoritarios para que dieran cumplimiento al mandato constitucional. La situación en la que nos encontrábamos y los temas sobre los que debíamos deliberar y fallar exigían el estricto y escrupuloso cumplimiento del respeto al principio del juez predeterminado por la ley, en este caso, por la propia Constitución. Lamentablemente no llegó a hacerse, por lo que en numerosas ocasiones me oísteis decir que tenía la sensación de formar parte de un tribunal secuestrado».
Elisa Pérez Vera: «Poderosos motivos personales»
«Una decisión muy meditada que responde ante todo a motivos institucionales. En segundo lugar, a las razones institucionales se unen poderosos motivos personales en los que no procede entrar».
Javier Delgado: «Mandato constitucional»
«No se ha respetado el mandato constitucional de renovación "por terceras partes cada tres años", que refleja fielmente el espíritu y la finalidad de la decisión constituyente. Y una vez más he de destacar que las cosas salen mejor cuando se cumple la Constitución, y peor cuando no se cumple».