Sevilla

OPINIÓN: Mercasevilla vuelve a casa

La Razón
La RazónLa Razón

Si la hierba siempre crece más verde en el jardín del vecino, también las manchas de humedad en la casa de al lado parecen ocultar las de nuestras paredes. Lo malo es que la realidad, pertinaz y terca como la mula de una noria, siempre se empeña en recordarnos las miserias propias. El salto al estrellato mediático nacional del «caso Mercasevilla», que acapara portadas y minutos en «prime time» dos años después, tenía encantado a más de uno. Con la bronca trasladada al Congreso de los Diputados o al Hospital de las Cinco Llagas hay menos posibilidades de ver mi nombre salpicado, pensaban ufanos. Bien sea por cobrarse piezas mayores o por la versión oficial de que todo fue cosa «de cuatro sinvergüenzas», unos y otros pasaban de largo por quienes fueron protagonistas en el «big-bang» de este vergonzoso episodio y ahora no eran más que actores de reparto. Pero resulta que a la juez Mercedes Alaya le da ahora no sólo por cerrar la investigación por el presunto intento de extorsión, sino también por imputar al gerente de Urbanismo por la venta de suelo, lo que hace revivir las pesadillas de muchos en titulares en grandes caracteres. Y siempre habrá quien barrunte que cómo en los grandes despachos no sabían nada si hay indicios de que Mellet, Ponce, Rivas, Marchena, Crespo o Millán estaban al tanto. Pero ya se sabe que de malpensados está el mundo lleno.