OPINIÓN: Las cloacas de internet por Pedro A Cruz SÁNCHEZ

La oleada ética que, espasmódicamente, barre el mundo de la comunicación en España, y que ha propiciado el planteamiento de un debate tan necesario como el de los anuncios de prostitución en los periódicos, no ha llegado todavía a otro territorio igual de oscuro y sangrante: la utilización de los foros generados en los formatos digitales de los medios de comunicación como espacios en los que, desde el anonimato más cobarde, desarrollar un sistemático ejercicio de terrorismo lingüístico, capaz de hacer saltar en añicos la dignidad y respetabilidad de una persona. Hay varias preguntas que hacer al respecto: ¿por qué una carta al director requiere en la versión en papel de una identificación, y, en cambio, un comentario en uno de estos foros se puede realizar desde el anonimato más absoluto? ¿Se deberá a que gran parte del éxito que los digitales tienen entre los usuarios se debe a la falta de una reglamentación legal y ética a la hora de «ordenar» su participación? ¿Cuánto tardarán en darse cuenta los legisladores que el tiempo de reacción de la justicia ya no puede ser de años o lustros, sino que ha de distinguirse por una agilidad máxima frente a los nuevos desafíos planteados por los usos de las nuevas tecnologías? Sea como fuere, y para contestar a todas aquellas voces que, desde la demagógica, agarrarían el estandarte de la libertad para defender la legitimidad del anonimato, una observación: la libertad, en una sociedad democrática, se ejerce con nombre y apellidos. Si no es así, se transforma en vandalismo, una variante del fascismo más virulento que evita la posibilidad de la «disensión en convivencia», para optar por la agresión , por la calumnia diseñada en laboratorio para favorecer el linchamiento moral y físico. ¿Quién está dispuesto a amparar, por más tiempo, toda esta red de cloacas, encargada de canalizar el detritus más hediondo de nuestra soci edad?