Desempleo juvenil

Caridad por Irene Villa

La Razón
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Suerte que vivimos en un país solidario, porque cada vez son más los que dependen de ayudas. Pero, aunque la secesión es anticonstitucional, la desigualdad territorial hace que éstas lleguen según estipule la comunidad autónoma donde sean requeridas. Cáritas, dedicada al servicio social por el que tendrían que velar las administraciones, está desbordada. La organización humanitaria de la Iglesia católica, recibió recientemente la Medalla de Honor por su apoyo a los necesitados. Y es que la crisis ha disparado el número de parados de larga duración y ¡ha cuadruplicado el número de desempleados mayores de 55 años! España encabeza la lista de países europeos en los que más ha subido el paro. Además, casi el 80 por ciento de las familias está pagando créditos. Luego las dificultades para hacer frente a las hipotecas, se multiplican, cuando ni siquiera hay un puesto de trabajo. Porque eso sí, hay que cumplir con el banco, que cada mes tiene que cobrarse su parte, sin compasión ni cortesías. Ellos, que no entienden de necesidad, mucho menos se van a interesar por la caridad. Menos mal que existen almas caritativas dispuestas a cambiar la dura realidad de millones de familias. También hay organizaciones y fundaciones volcadas en la responsabilidad social, pero parece que no es suficiente. Queremos oportunidades de empleo y, si no hay otro remedio que acudir a la caridad, que ésta nunca falte.