Europa

Alicante

Un campeón de autor

El Madrid de Pablo Laso, con un presupuesto inferior al de la temporada pasada y un juego atrevido, conquistó su primer título en su primera final

Un campeón de autor
Un campeón de autorlarazon

MADRID-Cuando Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros acudieron a sus superiores a finales de junio del año pasado para plantear que su apuesta como sucesor del dúo Messina/Molin era su amigo Pablo Laso, recibieron algo así como un «vosotros veréis»… Cero entusiasmo. Ocho meses después, en su primera final, el nuevo técnico presume de un título que el club no ganaba desde 1993 y con un baloncesto a contracorriente.

- La gestión de la herencia. Nueve jugadores del campeón de Copa ya iban de blanco la pasada temporada. Con un presupuesto ligeramente menor del que dispuso Messina, Laso asumió un equipo que empezó con dos adornos gracias al «lockout». Rudy e Ibaka aportaron presencia mediática, aficionados al Palacio y recuerdos para las mejores jugadas de la semana. La construcción del equipo iba por otro lado. Carroll y Pocius eran los nuevos. Singler, después de foguearse en Alicante, fue el último en aterrizar. Los dos primeros despertaron suspicacias. El ex misionero llegaba desde el Gran Canaria con un currículum en el que figuraban dos ejercicios como líder anotador de la ACB. Que si poca cosa físicamente, que si era un jugador para equipos pequeños, que si necesitaría muchos minutos y tiros… Hace un año en la Copa metió 30 puntos al Madrid en cuartos y entró en la agenda del club. Ante el Barça, explotó con 22 puntos en menos de 20 minutos. En la hoja de servicios de Pocius figura que fue decisivo en la victoria ante el Barcelona en la Liga. «Aquello nos ayudó mentalmente a ganar la final de Copa», ha reconocido Laso. Singler es carne de NBA. Su llegada dota al equipo de una presencia física en el puesto de escolta de la que carecía.

-Un baloncesto diferente. Sólo la Selección o el mejor Barça reciente se han atrevido a ganar títulos anotando más de 80 puntos. Pablo Laso ha sido fiel a su espíritu como jugador. Era un base de la escuela clásica. Amante de la velocidad, el vértigo, un juego alegre y atrevido en el que no está prohibido y penado con el banquillo jugarse un tiro en los primeros ocho segundos de cada ataque. Nadie anota más en Europa y en España que el Madrid. Eso había conllevado hasta la Copa que aquello de trabajar atrás no fuera mucho con el equipo. En la final, defendió como nunca y atacó como ya había demostrado que era capaz.

-La apuesta de Laso. Messina aseguraba de Sergio Llull en privado que no había visto en Europa un jugador con su despliegue físico desde Ginobili. Pablo Laso ha ido más allá. Está domesticando esa potencia y esa velocidad para convertirlo en un base diferente. En el arranque de la temporada estaba más preocupado por no botarse el balón en el pie que por dirigir al equipo. Ahora ya ha recordado que él empezó a jugar en su posición actual. En la final desbordó a dos de los bases más poderosos físicamente de Europa. Corre la cancha como pocos, finaliza los contraataques como casi nadie y su tiro ya es más fiable. En la Selección es el sustituto natural de Navarro; en el Madrid está llamado a ser el referente por muchos años. En esa tarea le acompañará Mirotic. El montenegrino es una joya, el mejor de Europa a sus 21 años en su posición. Se destapó en la semifinal y será madridista hasta que la NBA le reclame. Suárez, Reyes y Velickovic están recuperados para la causa. Los dos primeros son básicos dentro y fuera de la cancha. La final iluminó al mejor Begic, una pieza imprescindible, al igual que Tomic, al que se le espera para torneos de caza mayor.


El reto de Europa
El Real Madrid llegó a Barcelona con la soga de la Euroliga al cuello. El partido de Bilbao sigue latente en los jugadores, que saben que les restan dos partidos para intentar colarse entre los ocho grandes de Europa. El año pasado alcanzó la «Final Four», de infausto recuerdo, del Sant Jordi y hoy, si quedase fuera de cuartos, sería un fracaso considerable. La Copa ha servido de crédito por si en dos semanas se confirma el batacazo. Debe ganar al Unicaja el jueves en el Palacio; ganar en Siena una semana más tarde y esperar que el Gescrap Bizkaia pierda alguno de sus dos partidos. El último peaje antes de la «Final Four» de Estambul se llamaría CSKA y con el factor cancha a favor del equipo más temido del continente… Ante los rusos, el Madrid sería de todo menos favorito. Lo mismo que se pensaba en las vísperas de la Copa. Veremos qué ocurre en Europa, aunque en el campeonato doméstico Florentino ya le ha pedido a Laso la Liga.