Estados Unidos

La ciencia da la razón a mamá: los niños crecen mientras duermen

"Este niño ha pegado un estirón esta noche". Lo que hasta ahora parecía ser solo una prueba más de pasión desmedida de madre ha resultado ser, a tenor de un estudio científico, una verdad como un templo. La sospecha de que los niños crecen cuando duermen ya no es sólo un mito casero.

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Un equipo de científicos de la universidad Emory de Estados Unidos ha concluido el primer estudio realizado para investigar la relación que existe entre las horas de sueño y el crecimiento de los niños, y ha demostrado que los "estirones" que se producen de forma repentina están directamente relacionados con un aumento de las horas que duerme el niño, como ocurre en periodos de enfermedad o de fiebre.

Asimismo, el estudio sostiene que también hay una aceleración en el crecimiento cuando se incrementa el número de veces al día que se duerme, por ejemplo incorporando un período de siesta adicional.

La responsable del estudio, la profesora de antropología de la Emory University Michelle Lampl, y sus colegas pidieron a 23 parejas que mantuvieran un control diario sobre los hábitos de sueño de sus recién nacidos (con una media de edad de 12 días), durante un período que oscilaba entre los cuatro meses y los dos años y medio.

Los progenitores debían detallar cuándo se despertaban sus hijos y las horas que pasaban despiertos, así como especificar durante cuánto tiempo tomaban el pecho o recibían otro tipo de alimentación y las ocasiones en las que padecían fiebre, enfermedad, vómitos o diarreas.

Estatura de los niños

Con esta información, los investigadores midieron la estatura de los pequeños de forma continua y con la mayor precisión posible, incluso de forma diaria o dos veces a la semana, y cruzaron los datos del crecimiento, contabilizado casi al milímetro, con los patrones de sueño que habían recogido los padres.

De esta manera, comprobaron que cada variación de los patrones de sueño de los niños (ya sea regulando las siestas o con un aumento global de las horas de sueño) estuvo seguido generalmente de un crecimiento repentino o "estirón".

En concreto, el 43% de los bebés experimentaba un pequeño "estirón" en las épocas en las que había una siesta "adicional"o no habitual (por ejemplo cuando montaba en un coche de forma habitual o tenía fiebre) y uno de cada cinco crecía también en cada periodo en el que dormía una hora más de lo habitual.

Por norma general, estos aumentos de estatura de los bebés asociados a los patrones de sueño se experimentaron cuando los niños incrementaron en cuatro sus horas de sueño en un período de uno o dos días, o bien se echaron tres pequeñas siestas repartidas durante la jornada, a las que su cuerpo no estaba acostumbrado.

¿Cuánto debe dormir un bebé?

A muchos este estudio no les aportará nada nuevo a lo que su particular "trabajo de campo"les ha proporcionado día a día, noche a noche. A otros, sin embargo, la investigación les ayudará a resolver algunas dudas.

Los investigadores, no obstante, son conscientes de que cada caso es un mundo, y admiten que su estudio será leído por padres de niños dormilones que jamás crecieron, y futuros jugadores de baloncesto a los que jamás lograron convencer en la hora de la siesta. En caso de duda, en cualquier caso, intente que su hijo duerma. No le vendrá mal. Y sepa que los expertos recomiendan que los recién nacidos duerman en torno a 16 horas al día, aunque sea repartidos en tramos de tres o cuatro horas.